Por Carolina Riera
En las últimas 3 décadas, Turquía se ha erigido como una potencia regional que busca fortalecer su presencia en el mundo mediante una política exterior basada en el neotomanismo, ideología que reivindica la grandeza del Imperio Otomano, convirtiéndolo en un ideal al que el presente estado turco debe aspirar para volver a ser una potencia poderosa como en tiempos de antaño
Del Imperio Otomano al nacimiento de la Turquía moderno
El Imperio Otomano fue uno de los imperios más vastos, ricos y poderosos de la historia de la humanidad.Tras reemplazar al Imperio Bizantino como el mayor hegemón del este del Mediterráneo, esta potencia ejerció su dominio entre los siglos XIV y principios del siglo XX d.c, sobre los territorios que actualmente comprenden los estados de Turquía, Egipto, Grecia, Bulgaria, Rumanía, Macedonia, Hungría, Palestina, Jordania, Líbano, Siria, Arabia Saudita y el Norte y Cuerno de África (Somalia y Kenya).
Su estructura interna y doméstica se caracterizaba por el rol determinante del islam en las diversas instituciones y sistema político, al mismo tiempo que su máximo gobernante, el sultán, era identificado como el protector y guardián de este credo que guiaba la vida social , política y personal de todos los habitantes del reino (Iqbal, 2020).
Por otro lado, el elemento religioso era utilizado como una herramienta de estabilización y generación de alianzas con los diferentes grupos étnicos y pueblos que se encontraban bajo la influencia de dicho imperio.
Sin embargo, tras siglos de dominación, con la finalización de la Primera Guerra Mundial, el 1 de noviembre del año 1922, este imperio culminó su existencia, surgiendo en su lugar la actual “República de Turquía”.
Su primer presidente fue Mustafa Kemal Ataturk (1881- 1938), quien gobernó entre 1923 y 1935. Durante estos primeros 15 años, Turquía se vio envuelta en una serie de reformas económicas, políticas y sociales que tenían como objetivo la secularización y occidentalización del país. En este contexto, la religión era considerada como un impedimento para la modernización y el progreso y por ello, muchas de las reformas impulsadas por el primer ministro se focalizaron en marginalizar la cultura y tradición islámica fuertemente promovida durante la etapa del Imperio Otomano, limitando de este modo el rol de la religión a la esfera privada de la sociedad.
Esta etapa de occidentalización se consolidó definitivamente durante la Guerra Fría, donde dicho estado se convirtió en un punto geoestratégico clave para los países del norte, obteniendo en consecuencia la membresía en organizaciones internacionales como la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN, 1952) , la Organización para la Seguridad y Cooperación de Europa (OSCE, 1973) , la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE, 1961) y el Consejo de Europa (1999).
No obstante, en las últimas 2 décadas Turquía se encuentra atravesando una transformación interna y una restructuración de la política exterior e imagen que proyecta al resto de la comunidad internacional. Nuevos intereses e identidades han surgido tanto en las esferas políticas como sociales del país, lo cual se refleja en una clara modificación de los vínculos con otros estados y actores no occidentales, en un intento de erigirse como una nueva potencia más independiente de los designios y directrices de Occidente.
Erdogan en el poder: ¿Hacia una nación islámica?
Recep Tayyip Erdogan (1954) fue elegido como primer ministro de la República de Turquía por la Asamblea Nacional en el año 2002, en un contexto de crisis económica, endeudamiento externo y elevada corrupción.
Durante la primera legislatura (2002-2007), sus políticas se caracterizaron por ser de corte occidental, centradas en salir de esta recesión económica y generar los avances y reformas que eran necesarios para garantizar su deseado ingreso a la Unión Europe , solicitud de adhesión que había sido presentada oficialmente en el año 1999.
No obstante, tras el fracaso de dicho objetivo, el ritmo de estas reformas se ralentizó, y a partir de la reelección de Erdogan en 2007, un notable viraje comenzó a producirse, en un marco de crecimiento económico acelerado y aumento de las relaciones comerciales y financieras con la región de Medio Oriente (Albarracín, 2009).
Paralelamente, tras la obtención de una nueva mayoría absoluta en la Asamblea Nacional, el gobierno de Erdogan lentamente comenzó a adoptar los fundamentos de la teología poltica islamista en la toma de decisiones y la formulación de políticas. Claros ejemplos de esta progresiva islamización de la sociedad fueron el establecimiento de condenas por blasfemia, las restricciones por el consumo de alcohol y la implementación nuevamente del uso del velo en las universidades, práctica que en el tiempo secular había estado prohibida por ley.
De este modo, es posible afirmar que se ha desarrollado una modificación en el contrato social, gracias a la reintroducción de esta síntesis turco islámica estatal vigente durante siglos en el imperio otomano, favoreciendo así el fortalecimiento de una identidad religiosa en la sociedad turca en detrimento de la identidad lacia preexistente (Iqbal, 2020).
Finalmente el golpe de Estado fallido acontecido en julio de 2016, liderado por sectores del ejército defensores del sistema kemalista secular así como también el referéndum celebrado el 16 de abril de 2017, fueron sucesos determinantes que contribuyeron a la consolidación de este proyecto religioso y de corte autoritario de Erdogan, brindando asimismo la oportunidad de impulsar una purga en todos los sectores sociales contrarios a esta nueva doctrina , especialmente en el seno de las fuerzas armadas (Vidal, 2017)
Neotomanismo y política exterior: el nuevo papel de Turquía en el mundo
El comprender estas recientes transformaciones en el seno del estado turco es decisivo a la hora de identificar los orígenes y motivaciones de las nuevas directrices que han guiado la política exterior del país en los últimos años, en su ahínco de posicionarse como un actor clave e independiente del sistema internacional. Además, dichas acciones externas deben ser analizadas dentro de un nuevo marco ideológico predominante, el neotomanismo , concepto central que constituye el núcleo de esta base ideacional.
Este término fue introducido por Turgut Ozal (Primer Ministro de Turquía entre 1989-1993) quien consideraba que el legado del Imperio Otomano era un componente indispensable para la creación de una nueva identidad turca, vinculada profundamente a la religión y al islam (Iqbal, 2020). La promoción y creciente influencia de esta perspectiva en la esfera política, se vio fortalecida más tarde con la llegada al poder del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AK), el gobierno de Erdogan y el papel clave que tuvo Ahmet Davutoglu como Ministro de Relaciones Exteriores (2009-2014) y Primer Ministro (2014-2016).
Centrada en un ideario otomano basado en la crítica al racionalismo secularista y occidental ,la nostalgia y sentimiento de pérdida de dignidad y respeto, y el deseo de grandeza, esta ideología política produjo que el pasado otomano fuera visto como uno de seguridad y prosperidad, convirtiéndolo en un ideal al que Turquía debía aspirar para volver a ser una potencia poderosa como en tiempos de antaño. (Iqbal, 2020)
De esta forma, en las últimas 3 décadas dicho país se ha erigido como una potencia regional relevante, con confianza en sí misma y capacidad de proyectar poder e influencia, enfocada principalmente en las naciones que formaban parte del Imperio Otomano. Para la construcción de vínculos duraderos y sostenibles, el estado turco ha utilizado instancias bilaterales y multilaterales, apelando a las afinidades culturales, religiosas y el pasado común con dichas naciones.
A continuación , se explicará la relación de la República de Turquía con la región de Asia Occidental, su rol en el continente africano y finalmente su reciente estrategia respecto a Eurasia y Asia Central.
Las diversas crisis políticas que acontecieron en Medio Oriente desde la década del 2000 y la irrupción más tarde de las Primaveras Árabes entre 2010 y 2012, son algunas de las principales causas que explican el progresivo involucramiento del país en la región , donde vio la oportunidad de exportar su sistema político y económico como un modelo ejemplar de democracia e islam moderado (Almuedo, 2011). Al mismo tiempo, la postura política y religiosa de Ankara ha permitido el acercamiento a países como Qatar, con el que mantiene una estrecha relación (Arredondas, 2021).
Además, el surgimiento de nuevos desafíos que comprometen su seguridad, ha provocado que Ankara se implique profundamente en los conflictos y procesos de paz de esta parte del mundo. Hasta el momento, ha tenido un rol importante en la lucha contra el Estado Islámico (ISIS) en 2016, tanto en materia de incursiones militares como en el desarrollo de estrategias de estabilización postguerra, en los conflictos con la etnia kurda en Siria e Irak, el apoyo militar a la Misión de Apoyo de las Naciones Unidas en Libia (2011) así como también un creciente papel de moderador en las disputas regionales, como el caso de Siria e Israel e Israel y Hamás (2006-2007) y las tensiones recientes entre Arabia Saudita y Qatar.
Respecto al continente africano, el gobierno turco ha promovido una presencia activa y creciente, como nunca antes se había visto en la historia de la república, focalizándose principalmente en la cooperación económica y la ayuda humanitaria.
Asimismo respecto al ámbito diplomático, 29 nuevas embajadas han sido inauguradas hasta el día de la fecha frente a las 12 existentes en el año 2003. Este deseo de asociación ha sido reforzado con las visitas oficiales de Erdogan a 26 países africanos desde su llegada al poder, lo cual representa todo un récord para un jefe de estado no africano.
Por otro lado, en materia militar, el presidente ha impulsado la apertura de una nueva base militar, la más grande en el extranjero, en Mogadishu, Somalia (2017), otorgando a Turquía un punto geoestratégico clave en el Cuerno de África (Acka, 2017).
En un contexto de fuerte crecimiento del comercio entre las partes, las inversiones en materia de infraestructura y conectividad también han constituido un eje importante, gracias a la participación de actores estatales como la aerolínea estatal Turkish Airlines la cual cuenta con 52 rutas de vuelo en 33 países africanos diferentes y compañías privadas como la empresa energética Karpow Ship que actualmente está proporcionando grandes buques generadores de electricidad a Ghana y Zambia (Ackay y Dikme, 2017).
Como resultado, esta significativa presencia en el continente basada en una retórica anti occidental y antimperialista, no solo ha influido positivamente en las percepciones africanas acerca de Turquía, sino que también ha incrementado la influencia del gobierno turco en las decisiones políticas locales, como por ejemplo la presión a los gobiernos africanos por el cierre de las escuelas Gülen, un movimiento que el gobierno turco identifica como terrorista y asocia al golpe de estado acontecido en 2016 (Azcoiti, 2017).
Finalmente, en el último período Turquía ha recobrado interés en Eurasia y Asia Central, sectores geográficos que habían sido dejados de lado en detrimento del Medio Oriente y África.
En este caso, el enfoque estratégico varía, ya que aboga no solo por el fortalecimiento de las relaciones bilaterales , sino que también por la construcción de instancias multilaterales donde pueda reforzar su posición de liderazgo.
Para ello, utiliza la promoción de una versión idiosincrásica propia de la integración euroasiática, lo que ha tenido como consecuencia la creación de la Organización de Estados Turcos (OTS), establecida en el año 2009 como una entidad intergubernamental con el objetivo general de promover la cooperación integral entre los estados “túrquicos” (Turkic Council, s.f.). En el presente, la OTS cuenta con una composición diversa, estructurada en base a 5 miembros permanentes (Turquía, Azerbaiyán, Kazajstán, Kirguistán y Uzbekistán) y dos observadores (Hungría y Turkmenistán).
La aprobación del plan de acción “Turkic World Vision 2040” el pasado 21 de noviembre de 2021 por los estados miembros representa un paso clave para la consolidación de esta nueva estructura de cooperación e integración regional, donde a través de una interpretación neo otomana de la conectividad, de carácter multimodal y sostenible, los países buscarán el establecimiento de dos corredores, el Transcaspio este-oeste y el corredor Zangezur, con el propósito de conectar el sur del Cáucaso con Europa y Asia Central. Además dicho proyecto pretende la creación de una nueva zona económica especial (SEZ) llamada Turan, exclusiva para los miembros y observadores de la OET que tendrá su inicio en 2022.
De este modo , Erdogan busca que la región del Turkestán, vuelva a ser un centro de atracción e iluminación para toda la humanidad (Hamit, 2021), a partir de lo cual se puede establecer un claro paralelismo con el proyecto Ruta de la Seda de China.
Limitaciones geopolíticas de la política exterior turca
Es importante destacar , que a pesar de la progresiva presencia que ha ganado Turquía en las regiones anteriormente mencionadas, el plan de Erdogan se enfrenta a múltiples obstáculos, como por ejemplo el choque de intereses entre diferentes actores.
En el caso de Oriente Medio, el resurgimiento turco ha provocado el recelo en la mayor parte de los países y pueblos árabes, que ven con gran suspicacia su implicación debido a los largos siglos de dominación del sultán de Estambul en la región. Un claro ejemplo de ello son las palabras del príncipe heredero de Arabia Saudita , Mohammed bin Salman , quien ha acusado a Erdogan de intentar convertir a la región en un califato otomano (Ahval, 2018).
Por otro lado en el caso de África, Turquía deberá competir en los años venideros tanto con Rusia como con China por el liderazgo del continente, estados que están incrementando aceleradamente su presencia tanto en materia económica (inversiones en infraestructura, finanzas y préstamos) como en la construcción de bases militares, sin olvidar además el papel de viejos actores como Estados Unidos y Francia.
Por último, respecto a Eurasia y Asia central , la política de Ankara implica una amenaza para la República de Irán, principalmente en lo que concierne a la región del sur del Cáucaso (Armenia , Azerbaiyán y Georgia), ya que desde hace años , dicho estado chiita ha ejercido un soft power religioso con el objetivo de generar una mayor afinidad por parte de dichas sociedades que contribuya al desarrollo de una política exterior exitosa (Jodicke, 2018). Y este enfrentamiento entre las ramas chií y sunni se producirá en el marco de la dominación rusa de la zona.
El futuro de Turquía: ¿Una reorientación hacia Occidente?
Este artículo ha analizado cómo la orientación de la política exterior de Turquía durante el gobierno de Recep Erdogan se ha visto atravesada por 2 períodos distintos.
Una primera etapa (2002-2007) relacionada a la participación dentro de las instancias multilaterales y de cooperación en instituciones y organizaciones internacionales occidentales. Y un segundo periodo (2007- 2022) que refleja un claro giro hacia Oriente y el mundo musulmán, surgiendo como un actor más independiente a través del nacimiento de una nueva identidad en su política exterior basada en el legado del Imperio Otomano , reflejo de los cambios políticos y sociales que se estaban produciendo en aquel periodo en su seno interno.
Sin embargo, en la actualidad el país se está enfrentando a una crisis económica sin precedentes, que podría implicar una nueva reorientación hacia Occidente. El crecimiento de la deuda externa del país, el fracaso del plan de Erdogan al depreciar la Lira Turca y el incremento de la inflación (36% acumulado en 2021), han conducido a una recesión económica que está golpeando a todos los sectores de la sociedad y por lo tanto a la imagen de Erdogan, la cual en el transcurso de los últimos meses ha perdido popularidad (AsiaNews, 2022). Es por este motivo que el líder, en un intento de reconstruir su imagen para los comicios de 2023 ha vuelto a dirigir su mirada hacia Estados Unidos y Europa, con el propósito de incrementar el flujo y las alianzas comerciales atrayendo un mayor número de inversiones al estado turco.
El destino de la política neotomana de Turquía se decidirá en las próximas elecciones presidenciales de 2023 y dependerá igualmente de cómo se desarrolle la actual crisis en los meses venideros. Lo que sí es innegable, es que el principal limitante de las aspiraciones neotomanistas turcas, además del choque de intereses con otras naciones es la economía, reduciéndose así las posibilidades de dicho estado de convertirse en una potencia mundial.
Autora
Carolina Riera: Estudiante avanzada de la Licenciatura en Relaciones Internacionales UCC . Diplomada en Cooperación Internacional UCC. Interés en la región de Asia Occidental y Central , la seguridad internacional y el sector humanitario.
Bibliografía
-About Turkic Council. (n.d.). Türk Keneşi. https://www.turkkon.org/en/turk-konseyi-hakkinda
-Ackay, A., & Dikme, C. (14 de agosto de 2017). Los obstáculos de las empresas de energía turcas en África. Aa.com.tr. https://www.aa.com.tr/es/econom%C3%ADa/los-obst%C3%A1culos-de-las-empresas-de-energ%C3%ADa-turcas-en-%C3%A1frica/883768
-Ahval. (7 de mayo de 2018). Erdogan is trying to build a new “Ottoman caliphate” – Saudi Crown Prince. Ahval. https://ahvalnews.com/saudi-turkey/erdogan-trying-build-new-ottoman-caliphate-saudi-crown-prince
–Akca, A. (2019). Neo-Ottomanism: Turkey’s foreign policy approach to Africa. New Perspectives in Foreign Policy, 17, 03-08
–Albentosa, J. (2017). Turquía: Autoritarismo , Islamismo y “Neo-otomanismo.” Instituto Español de Estudios Estratégicos.
-Albarracín, J. (2009). Presencia económica de Turquía en Oriente Próximo: materialización de un reencuentro. Www.iemed.org. https://www.iemed.org/publication/presencia-economica-de-turquia-en-oriente-proximo-materializacion-de-un-reencuentro/
-Almuedo, A. (15 de septiembre de 2011) New Turkish Foreign Policy towards the Middle East: Neither so New, Nor so Turkish. Www.iemed.org. https://www.iemed.org/publication/new-turkish-foreign-policy-towards-the-middle-east-neither-so-new-nor-so-turkish/?lang=es
-Arredondo, M. (7 de mayo de 2021). Erdogan busca el acercamiento con Egipto y Arabia Saudí. Atalayar. https://atalayar.com/content/erdogan-busca-el-acercamiento-con-egipto-y-arabia-saud%C3%AD
-AsiaNews.it. (13 de enero de 2022). La inflación y la crisis económica hunde a la clase media turca. Www.asianews.it. https://www.asianews.it/noticias-es/La-inflaci%C3%B3n-y-la-crisis-econ%C3%B3mica-hunden-a-la-clase-media-turca-54902.html
-Azcoiti, J. B. (1 de diciembre de 2017). Turquía, a la caza de los colegios del Movimiento Gülen en África. ElDiario.es. https://www.eldiario.es/internacional/turquia-colegios-movimiento-gulen-africa_1_3038252.html
-Hamit, D. (12 de noviembre de 2021). Turkic Council to donate 2.5M COVID-19 vaccines to Africa. Www.aa.com.tr. https://www.aa.com.tr/en/africa/turkic-council-to-donate-25m-covid-19-vaccines-to-africa/2419437
-Escobar. (14 de febrero de 2022). The twists and turns of Erdogan’s foreign policy. The Cradle.co. https://thecradle.co/Article/columns/6915
-Fernandes, R., & Estrada, I. (2018). Understanding Erdogan´s Leadership in the “New Turkey.” Janus.net, 9(1), 88–102.
-Iqbal, M. (2020). The Emergence of Turkey as a Regional Power and Neo-Ottomanism.
-Jödicke, A. (13 de diciembre de 2018). Religious soft power in the South Caucasus: The influence of Iran and Turkey. Brookings. https://www.brookings.edu/blog/order-from-chaos/2018/12/13/religious-soft-power-in-the-south-caucasus-the-influence-of-iran-and-turkey/
-The Third Age of Erdoğan’s Foreign Policy | CEPA. (17 de febrero de 2022). Cepa.org. https://cepa.org/the-third-age-of-erdogans-foreign-policy/
-Turkey’s increasingly assertive foreign policy. (2020, septiembre) . IISS. https://www.iiss.org/publications/strategic-comments/2020/turkeys-increasingly-assertive-foreign-policy