¿Es posible hoy comprender el orden geopolítico global, a Latinoamérica y a la Argentina sin tener en cuenta a la mayor revolución económica de la historia liderada por la República Popular de China? Si bien China es una civilización con 4.000 años de historia, en las últimas cuatro décadas ha experimentado el mayor crecimiento urbanístico, industrial, productivo y comercial del mundo, no siendo superada por ningún país en la historia de la humanidad. Tener presente esto, nos da el marco inicial para así luego poder analizar el manejo de su política exterior con el resto de los países, en particular su relación con Latinoamérica y Argentina.
El ayer como sello del hoy
En su gira por Medio Oriente y Asia, el presidente Mauricio Macri junto a la primera dama, Juliana Awada, fueron recibidos en la ciudad de Pekin, China por Xi Jinping y su esposa, en el Gran Palacio del Pueblo. En este contexto el presidente Argentino busca concretar financiamientos, inversiones e incrementar el intercambio comercial entre ambos piases. Si bien es importante tener en cuenta este presente, hace falta también comprender como surgieron las relaciones diplomáticas entre ambos países y como es que llegamos a está cooperación Sur-Sur. Aunque hayan aumentando nuestras exportaciones, Argentina se ha vuelto un país dependiente de las importaciones chinas, como así también ha entrado en un proceso alarmante de reprimarización de la economía. Es así que nos preguntamos: ¿Un matrimonio desigual?
El comienzo de una relación con cada vez mejor presente
En 1920 se produce la primera relación oficial comercial entre ambos países, aunque es recién hacia 1972 donde la República Argentina y La República Popular de China entablaron las primeras relaciones diplomáticas. Estas relaciones han tenido una directriz política, económica y cultural que se sigue desarrollando cada vez con mayor intensidad en la actualidad. Tal relación bilateral se ha ido configurando según el contexto político y económico mundial, y es por ello que en los últimos años, tras su apertura económica y comercial a los mercados latinoamericanos, China se ha posicionado como una potencia mundial, ya que se ha convertido en un socio comercial estratégico para una infinidad de países, y Argentina no es la excepción.
Hoy China es para nuestro país el segundo socio comercial (cuestión recurrente en muchos países de Latinoamérica y el Caribe) detrás de Brasil. Esto, sin embargo, nos ha llevado a una relación de déficit en nuestra balanza comercial, que a partir del 2008 ha ido aumentando. Argentina se relaciona en la actualidad con China básicamente por tres motivos: primero, para lograr un mayor crecimiento económico y comercial. Segundo, para ser un país destinatario de las inversiones y financiamientos de los capitales chinos, y por último, China se convirtió en una alternativa a las potencias económicas extracontinentales, como lo son Europa y Estados Unidos.
China: la elegida como segundo socio comercial
Hacia 1990 China ocupaba el puesto número 14 como destino de las exportaciones argentinas y el 22 en productos provenientes de importaciones. Hoy, es el segundo socio comercial para la Argentina en cantidad de exportaciones e importaciones, con un 8% y un 16% respectivamente. Durante el trayecto 2003-2013, el 85% se concentró en tres productos: porotos de soja (55%), aceite de soja (20%) y petróleo crudo (10%). Con los gobiernos kirchneristas hubo un cambio en el ámbito de las relaciones internacionales, ya que buscaron separarse del discurso hegemónico que vincula a los países con el centro político y económico que conforman los Estados Unidos y la Unión Europea, para comenzar así a ubicarse alrededor de potencias emergentes, como son los BRICS (Brasil, India, Rusia, China y Sudáfrica).
Asimismo consideramos que algunos de los principales motivos que contribuyen a posicionar a China como un país importante para la política comercial de Argentina, es tanto el contexto interno de Argentina como productor de materia prima, como así también en el plano regional, el surgimiento de un fenómeno político conocido (entre otros nombres) como la “Izquierda del Siglo XXI”. Este posicionamiento ideológico también buscaba una independencia de las potencias tradicionales. Una muestra de esto es por ejemplo cuando en 2004 Néstor Kirchner firmó la “Asociación Estratégica” con su par Chino Hu Jintao, o cuando en Brasil en el mismo año se creó la Comisión Sino-Brasileña de Alto Nivel de Concertación y Cooperación (COSBAN).
Hacia una reprimarización diversificada
Según especialistas Argentina está en una “reprimarización diversificada” ya que existe la posibilidad de exportar a China productos como carne con hueso, miel, peras, sorgo y demás. Si bien las inversiones de China son últimamente enormes, el año pasado, el stock de capital chino invertido en América Latina no llega a ser ni el 10% del que poseen empresas de capital europeo o norteamericano invertido en la región. En este sentido la Asociación Estratégica con China ofreció fuertes beneficios al corto plazo en vastos sectores del empresariado, como el vinculado con los commodities o la obra pública. Pero por otro lado, causó endeudamiento y penetración de un capital financiero que llegó para quedarse.
Hacia una Alianza Estratégica Integral
La Alianza Estratégica Integral actual entre Argentina y China fue firmada por Cristina Fernández de Kirchner y Xi Jinping entre 2014 y 2015. Esta se explica en base a dos variables: primero, por la demanda local de financiamiento, y en segundo lugar, por la oferta de recursos primarios disponibles. Antes de esto, Argentina realizó estrategias de asociación con Brasil y luego con Rusia, y finalmente la decisión fallida de regresar a los mercados financieros tradicionales (Club de Paris, Fondos Buitres, Repsol, etc.). Es justamente debido a estas circunstancias que Argentina termina negociando con China, para recibir unos 30 mil millones de dólares destinados a invertirse en obras hidroeléctricas, centrales nucleares y medios de transporte.
En América Latina, las importaciones crecieron un poco más que las exportaciones (31% contra 25% respectivamente entre 2010 y 2013). Así, el saldo de la balanza comercial se volvió negativo para la mayoría de los países en la región. Esto causó que haya una escasez de medios de pago internacionales para importar, remunerar al capital extranjero y cancelar las deudas en moneda extranjera. Cuestión por la cual Argentina aceptó un SWAP de yuanes a tres años, equivalente a 11.000 millones de dólares. De esta manera se garantizó la estabilidad de la balanza de pagos.
Inversiones por miles de millones
Hoy Argentina tiene inversiones de infraestructura por parte de China que están o ya aprobados y a la espera de ponerse en marcha o ya en ejecución. Las inversiones apuestan a obras públicas de infraestructura, producción energética y extracción de recursos naturales. Ejemplos de esto se dan en distinta regiones de la Argentina. En la patagonia con Atucha III y IV con una inversión de 12 mil millones de dólares y también en las dos centrales hidroeléctricas en Santa Cruz, invirtiendo otros 5 mil millones de dólares.
Por otra parte, en el Norte Argentino con el “Proyecto Belgrano Cargas” se invirtieron 2.470 millones, que está a la espera de ejecutarse. En el oeste de Argentina se invertirá en energía solar y eólica en San Juan, La Rioja y Catamarca por aproximadamente 800 millones. Y por último en el centro del país los gasoductos y cloacas en la Provincia de Córdoba, demandaran un estimado de 9 mil millones de pesos.
Los desafíos y oportunidades que nos brinda China como nación son muchos y complejos, los cuales deben aprovecharse por parte de nuestro país, caso contrario serán aprovechados por otro que esté dispuesto a comprender a esta civilización milenaria que es hoy la segunda potencia mundial, aunque con vistas a ser la primera en no más de 20 años.
Bibliografía
- Constitución Nacional de la República Popular de China
- Oviedo, E (2004) China en expansión. Educc, Córdoba.
- Hernández, M (2015) ¿A dónde va China?
- Sevares, J (2015) China un socio imperial para Argentina y América Latina. Edhasa, CABA.
- Bregolat, E (2011) La segunda revolución China. Capital Intelectual. Madrid.
- Le Monde Diplomatique (2016). Explorador sobre China
*Este artículo fue dividido en tres partes de modo tal que sea más cómodo al lector ir comprendiendo la temática. Primera parte: “El motor chino”. Segunda parte: “Argentina y China un matrimonio desigual”. Tercera parte: “Las relaciones sino-latinoamericanas”
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