Por Gustavo Restivo
Nunca antes, se ha visto un conflicto tan complejo desde la diversidad de aristas que presenta la actual guerra entre Rusia y Ucrania. Lo cierto es que las acciones de Rusia no se han detenido, y ambos contendientes están cargando con un altísimo costo en vidas, como en lo económico para sus sociedades, con un final incierto, no solo en términos políticos y estratégicos, sino también económicos. El tablero del escenario mundial se está reacomodando, en el medio transcurrirá un tiempo de incertidumbres y peligros, por lo que será necesario mucha cautela a la hora de imaginar la nueva realidad económica internacional.
No quisiera iniciar esta nota sin antes mencionar que acuerdo con Juan Torres López, en su nota de opinión publicada en publico.es, en el que expresa “Cualquier guerra es un fracaso de la civilización, de la humanidad como un todo. Sea cual sea su causa, es la expresión de los rasgos más animales y brutales de los seres humanos. Ni siquiera cuando se gana para combatir un mal, la agresión o el terror infringidos antes por el otro deja de ser una derrota para todos.”
La guerra
Nunca antes, al menos en los últimos años, se ha visto un conflicto tan complejo desde el punto de vista del análisis político y de la diversidad de aristas que presenta la actual guerra entre Rusia y Ucrania.
Lo cierto es que hasta el momento (6 meses después del inicio de la invasión) las acciones de Rusia no se han detenido, y ambos contendientes están cargando con un altísimo costo en vidas, como en lo económico para sus sociedades, con un final incierto, ya que por un lado la OTAN advierte que habrá que estar preparados para un conflicto que durará años, y por otro los efectos de la economía rusa, la ucraniana y como impactará esta “Operación Especial” en la economía global.
Más allá de la ferocidad de las sanciones impuestas, la eficacia de estas medidas, pareciera no estar dando los resultados esperados, lo concreto es que podrán verse los efectos recién en el mediano y largo plazo, por lo que, si se esperaba estancar las operaciones, o bien disuadir a otros de iniciar una guerra, esto seguramente llevará un buen tiempo. Está claro que, para sortear la situación actual, se buscarán otros recursos, otros socios dispuestos a pactar con Rusia, tras las sanciones económicas que está enfrentando el país.
Lo cierto es que cuanto mayor sean las sanciones, más costo tendrán que soportar los países que las impongan, así que Putin pudiera haber pensado que no estarán dispuestos a llevarlas muy lejos o imponerlas por mucho tiempo. Mientras que, cuanto más leves sean, más posibilidades tendrá Rusia de ganar una guerra que, para ella, sí que tendrá un efecto neto muy positivo, no solo en términos políticos y estratégicos, sino también económicos.
En el escenario aparecen China y la India que, junto con Malasia, Sri Lanka, Turquía, Corea del Sur y países de la UE, se han mantenido comprando petróleo a Rusia, en el caso de India, desde el inicio de la invasión al mes de mayo, había aumentado diecisiete veces la importación del crudo proveniente de Rusia, lo que ha permitido que ese país no haya perdido su capacidad de provisión, manteniendo sus ingresos en ese rubro.
En resumen, ya se disparó el precio de la energía y pone en peligro las cadenas de abastecimiento, esto podría empeorar la inflación y frenar el crecimiento.
Rusia ha movilizado miles de efectivos de sus tropas, en tanto los gobiernos aliados movilizaron su poder financiero, controlado por gobiernos y banqueros fuera de Rusia.
Sanciones y el “Sur Global”
Guerra y sanciones agregaron incertidumbre, volatilidad y riesgo en el plano global, desde el punto de vista geopolítico, su puede observar el nacimiento del “Sur Global”.
Apenas iniciado este conflicto, 141 países de 193, condenaron la agresión en una votación en la Asamblea General de la ONU, 5 países se opusieron, 35 se abstuvieron y 12 se ausentaron de la votación.
No es habitual obtener tantos votos para una resolución como esta, sin embargo, esta coalición es mucho más débil de lo que parece, el mundo está cada vez más multipolar.
El “Sur Global”, está tomando forma, integrado por países emergentes y en vías de desarrollo como China, India, Sudáfrica, varios países de Oriente Medio y América Latina, todos con una forma diferente de visualizar la guerra. Para este Sur Global es un hecho poco afortunado este conflicto y anhela finalice cuanto antes, pero en el fondo lo que le interesa es evitar la desaceleración económica, disturbios sociales graves promovidos por la suba de precios.
Para finalizar el tablero del escenario mundial se está reacomodando, hasta su consolidación total, en el medio transcurrirá un tiempo de incertidumbres y peligros, por lo que será necesario mucha cautela a la hora de imaginar la nueva realidad económica internacional.