Por María Belén Valdemoros Alba
El Imperio Otomano tuvo siempre vastos territorios, pero sin cohesión. Mustafá Kemal recurrió al concepto de “patria” para favorecer una toma de conciencia en relación a la identidad turca y a la necesaria existencia de un territorio geográfico y eidéticamente delimitado y unido (Arcos, 2011). La primera visión que otorga sobre del país que lleva en su bandera roja una medialuna blanca, es que Mustafa Kemal es considerado el padre de Turquía. Su nombre no incorpora la palabra “ATATÜRK” sino que esta última hace referencia a ser “el padre de los turcos”.
La preparación de Mustafá empieza con una educación militar y una referencia hacia la Revolución Francesa muy marcada. Sus ideas y postulados lograron instalar en discusión las dimensiones socioculturales y políticas de la Turquía de inicios de siglo XX (Arcos, 2011).
Mientras Mustafá Kemal Atatürk ascendía en rango e influencia militar (en 1905 se le asignó el título de Capitán) formó en Damasco (1906) la sociedad secreta, “Vatan ve Hurriyet” (“Patria y Libertad”) el cual tenía como gran objetivo desatar una revolución en contra del Imperio Otomano (Arcos, 2011).
Después de haber logrado obtener un amplio reconocimiento militar en la Primera Guerra Mundial y en las guerras de independencia, Atatürk asomaba como un líder natural para llevar a cabo el proceso de construcción del nuevo Estado turco. Fue además el precursor de reformas en la normativa vigente.
Kamalistas defienden su conducción hacia la modernización del país, la liberación de opresores y de los vestigios del Imperio Otomano. Sus opositores critican el cambio de su alfabeto y la secularización, otros se atreven a calificarlo como “dictador” o “autoritario” (Paredes, 2020). Hay que destacar que la Ley de Protección de Atatürk (años ’50) establece penas de prisión para aquellos que “mancillen (manchen) la figura de Atatürk“.
Se lo ha catalogado como “un buen dictador“, en comparación con Stalin y Hitler, dado que aunque prohibió los partidos de oposición y las voces críticas en los medios, “no fue un despiadado asesino en masa“. Se lo defiende por su política antiimperialista por parte de la izquierda, se lo defiende desde la derecha por su nacionalismo y el papel de las fuerzas armadas.
¿Cómo se puede entender esta figura desde el aspecto legal?
Con el Tratado de Lausana (1923) se establecieron las fronteras de la actual Turquía y la expulsión de otras étnias y religiones del país, como los griegos y los armenios. Este tema suscita debates, sobre todo entorno al reconocimiento del Genocidio Armenio, del pueblo turco, chechenos, árabes, etc.
El Preámbulo de la Constitución turca en su primer párrafo establece: “Afirmando la existencia eterna de la Patria y la Nación turcas y la unidad indivisible del Estado turco Sublime, esta Constitución, en consonancia con el concepto de nacionalismo introducido por el fundador de la República de Turquía, Atatürk, líder inmortal y héroe incomparable, y sus reformas y principios;”
También podemos resaltar en la primera parte su segundo punto (II. Características de la República), artículo 2 “La República de Turquía es un Estado democrático, laico y social regido por el estado de derecho, dentro de los conceptos de paz pública, solidaridad nacional y justicia, respetando los derechos humanos, leal al nacionalismo de Atatürk y basado en los principios fundamentales enunciados en el preámbulo.” (Bblioteca del Congreso Nacional de Chile, s.f.).
En pocas palabras, la figura de Mustafa Kemal Atatürk en el ideal turco no pasa desapercibida ni para políticos, actores, niños, grandes, etc. Se trata de un referente histórico del país que suscita expresiones a su favor y en su contra. Y aunque está penado por la legislación de ese Estado realizar manifestaciones en contra del Líder de la Revolución turca, es palpable el legado de unidad, lealtad y patriotismo que dejó su paso por el mundo de la incipiente República de Turquía.