Por Agustina Bonatti
El comienzo de una nueva ilusión
El jueves 20 de julio comenzó el 9° Mundial de Fútbol Femenino que se lleva a cabo en Australia y Nueva Zelanda, el cual finalizará el 20 de agosto, día en que se disputará la final del torneo. Como viene siendo costumbre en artículos de mi autoría, el propósito de éste es analizar citado evento deportivo que no debe pasar para nada desapercibido: se comienzan a ver los frutos de una larga lucha por la igualdad.
Bien se sabe que los torneos de esta envergadura representan más que un deporte. O mejor dicho, más que las mejores jugadoras de fútbol de cada una de las 32 selecciones que lo disputan. En este caso, el foco está en los logros obtenidos a partir del trabajo conjunto realizado para conseguir mejores condiciones a la hora de arribar al mundial que, si bien, no solo fue un reclamo de la Selección Argentina, nos centraremos particularmente en ella.
El mundial de fútbol femenino ¿Un Camino a la Igualdad?
Tras tener en mira la Copa del Mundo, más de 150 futbolistas de 25 selecciones le presentaron el año pasado, una carta al presidente de la FIFA, Gianni Infantino, en la que exigían mejores condiciones y premios. Esta fue la mayor acción colectiva llevada a cabo por las deportistas desde la creación de los Mundiales de Fútbol Femenino. Como respuesta a este reclamo, en marzo del corriente, se anunció que se destinarán 152 millones de dólares para quienes participen del Mundial, brindando un monto tres veces mayor al que se ofreció en el Mundial de Francia 2019 y diez veces superior al de Canadá en 2015.
Además, sobre todo en lo que respecta a la Selección Argentina, la AFA ha otorgado mejores estándares de los traslados, los hospedajes, como así también, de las instalaciones para las prácticas. Las jugadoras, agradecidas, han comentado en diversos medios que hoy se pueden enfocar en lo que a ellas atañe -el fútbol- sin tener que pensar en cómo van a costear parte de los gastos de cada competición ni en las condiciones de descanso durante el torneo. Ya que antes, los viáticos nunca cubrían los costos totales que debían afrontar y hasta han llegado a viajar la misma madrugada del partido, arribando a la ciudad sede unas pocas horas antes de que ingresen a la cancha.
Sin embargo, se podría decir que las pioneras en conseguir derechos igualitarios entre hombres y mujeres en el ámbito, fueron las noruegas. Siendo Ada Hegerberg, la primera mujer en ganar el Balón de Oro en 2018, quien renunció a la Selección luego de la Eurocopa 2017 por el trato diferenciado que recibía el equipo respecto a la rama masculina. Por otro lado, durante éste mundial, se dio un suceso histórico: la inclusión de la primera persona no binaria en disputar un mundial. Su nombre es Quinn y con 27 años es mediocampista del seleccionado canadiense.
Otra cuestión, también ha sido el cambio de apellidos de las jugadoras. Ya que algunas se identifican en el deporte con el apellido de su pareja y cuando la relación terminaba, debían cambiar también su apellido. Algunas estadísticas afirman que el 70% de las mujeres utilizan el apellido de su compañero; mientras que, en el caso de los hombres, solo el 3% se identifica con el nombre de familia de su compañera. Y la mayoría de las futbolistas que se encuentran hoy en el Mundial, no llevan en su casaca su propio apellido, sino el de su pareja.
Además, otro hito histórico ha sido el uso del hiyab en el campo de juego. Las mujeres musulmanas podrán tenerlo al momento de disputar los partidos en los que se presenten. Estos son unos pocos del abanico de derechos conquistados y puestos a la vista en este evento. Sin embargo, aún queda mucho por descubrir y repensar sobre el cambio social que se está produciendo respecto al rol de la mujer alrededor del mundo.
A su vez, y por último, considero que uno de los datos a tener en cuenta al momento de pensar en otros de los cambios, frutos de la constante lucha, fue el hecho de que dentro de las 211 Federaciones asociadas a la FIFA, solo son: Australia, Nueva Zelanda, Brasil, Inglaterra, España, Irlanda, Países Bajos y Canadá, quienes están presentes en el Mundial 2023, y se consideran de los pocos países que entraron en el camino del “Equal pay”, con el objetivo de buscar que tanto las selecciones masculinas como femeninas tengan iguales salarios, premios y ganancias por derechos de imagen.
Selección Argentina de Fútbol Femeninio: ejemplo de superación
Dentro de las 23 jugadoras convocadas por el Director Técnico de la Selección, Germán Portanova, para disputar la cuarta copa del mundo en la que participa la delegación Argentina, se encuentran múltiples historias de superación que hoy inspiran a que se sigan rompiendo los estereotipos, que las niñas se sientan libres de poder elegir el futbol como su deporte de cabecera; que puedan practicarlo y, sobre todo, que también puedan aspirar a ser grandes futbolistas.
Si se tienen que nombrar algunas de las más destacadas, se encuentra: Dalila Ippólito, que con solo 21 años se encuentra disputando su segundo mundial; Vanina Correa, la arquera que pudo jugar los cuatro mundiales que disputó la camiseta albiceleste, siendo madre en estos años y, además, siendo la pionera del programa “Ellas juegan”. La capitana, Julieta Cruz, quien se lesionó meses antes de comenzar el torneo y, con su perseverancia, llegó a recuperarse para acompañar al equipo, siendo una pieza clave. Al igual que Estefanía Banini, “la Messi” de nuestra selección quien, por ser jugadora de fútbol, de niña debió enfrentar varios episodios de discriminación porque era la única jugadora de un equipo en el que el resto eran todos hombres. Un episodio que no está lejos de lo que vemos hoy en día, pero que paso a paso se va eliminando de nuestra sociedad.
Casos destacados del interior del país: pruebas de un cambio social
Todo este esfuerzo, no viene solo, ni se ve únicamente en las selecciones y jugadoras que fueron nombradas. Hoy hay un gran cambio a nivel social, en el que no se piensa únicamente en el fútbol como un espacio de varones, sino que se proyecta con perspectiva de lograr una organización que dé lugar a los mismos eventos que antes eran explosivos de la masculinidad, pero hoy se presenten en su versión más abierta e inclusiva.
En este sentido, cabe destacar el programa, nombrado con anterioridad, “Ellas juegan”. Inaugurado en la localidad santafesina de Villa Gobernador Gálvez, tiene como fin promover la participación de las mujeres en el deporte y fue llevado a cabo tras un trabajo de articulación entre la municipalidad y la Liga Infantil de Fútbol Asociado, a partir del cual, los equipos femeninos sub 13 y sub 15, disputarán sus primeros campeonatos.
Otro caso a destacar entre tantos en nuestro país es el del sudeste cordobés. La Liga Dr. Adrián Beccar Varella, fundada oficialmente en el año 1938, inauguró el campeonato de fútbol femenino hace algunos años atrás y, desde allí, no para de crecer. Dentro de los clubes que la conforman se han realizado múltiples actividades que fomentan la inclusión de las mujeres en el fútbol, las cuales, en general, han sido apoyadas por los diversos municipios en donde se establecen los clubes participantes. Han asistido a pruebas, partidos amistosos con otras ligas, clínicas y charlas dictadas por diferentes referentes de la disciplina.
Uno de los eventos que más me enorgullecen como cordobesa, etrusca e hincha del Club Sportivo Talleres de Etruria, uno de los clubes que pertenecen a esta Liga, es el encuentro de fútbol infantil más grande que se realiza en el interior de la provincia: “Tallerito. Yo solo quiero jugar”; el cual tiene como principal objetivo la felicidad de todos los niños que participan en el fútbol. Éste comenzó a ser tradición a partir del año 2014 y, desde el 2022, presenta un torneo femenino, ya diferenciado del masculino. Es así que año a año crece la cantidad de clubes que forman parte del evento y, a su vez, invitan a que más instituciones que se dedican a este deporte abran las puertas y decidan apostar al fútbol femenino.
Para cerrar, a partir de este breve recorrido quería hacer un repaso rápido de lo que sólo es una mínima partecita de los cambios que hoy se ven reflejados en la sociedad a nivel mundial y son el resultado de, entre tantas cosas, un movimiento social muy importante que es (y fue) el feminismo. Un paradigma que nos brindó nuevos lentes para leer la realidad, logró permear cada rincón de nuestro planeta y nos hizo cuestionarnos tantas prácticas que legitimaban la opresión de la mujer y hoy agradecemos no tenerlas.
La mujer ya no pertenece únicamente al espacio privado. Pertenece a todos los espacios que ella decida pertenecer, elige por ella misma, alza su voz cuando lo considera y es quien quiera ser por sus propios medios.
