Por Yamil Roman Gonzalez Busto
Si nos remontamos al mundo antes de 2021, cuando comenzó oficialmente la Guerra con Ucrania, Rusia se encontraba posicionada como una de las dos principales potencias de Asia, fundamentalmente dentro de la zona de la órbita de la ex Unión Soviética, donde se mantenía liderando sus asuntos económicos y políticos mediante la relación estrecha con una gran cantidad de países de origen postsovietico. Debido al conflicto que lo enfrenta con Ucrania y con todo el bloque occidental, se vio sumamente afectado en todos los aspectos, ya que perdió significativamente su influencia con la que había conseguido una posición de privilegio a escala mundial y que parece estar muy lejos de recuperar.
El sistema postsoviético
Luego de la disolución de la URSS en el año 1991, la incorporación de 15 nuevos países al sistema internacional llevó a que estos tomaran caminos diferentes entre sí, incluso algunos muy alejados a las ideas instauradas durante los años de hegemonía soviética. Tres claros ejemplos son los de Estonia, Letonia y Lituania que en el año 2004 se introdujeron tanto en la Unión Europea como en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Por otro lado, países como Bielorrusia se han mostrado fieles a las decisiones tomadas por Vladimir Putin, que enfrentan a las ideas que pregonan las naciones mencionadas anteriormente.
Conflictos sin resolver desde la disolución de la Unión Soviética.
En los últimos años anteriores al estallido de la Guerra contra Ucrania, el gobierno del Kremlin se dedicó a avivar las llamas de conflictos anteriores con la intención de reactivarlos y ser un actor principal de los mismos: Los enfrentamientos de Nagorno Karabaj, entre Azerbaiyán y Armenia; la sensible situación en Osetia del Sur y Abjasia en Georgia, y el territorio de Transnistria en Moldavia donde se recurre al sentimiento de independencia como factor determinante. Además de los combates fronterizos entre Tayikistán y Kirguistán, dos de las repúblicas ex soviéticas con mayor tasa de pobreza, que se remonta a la mala delimitación de sus nuevas fronteras a partir de la década de los noventas.
Kazajistán es otro país que se encuentra amenazado por el conflicto actual y en el que puede suceder un hecho similar al que está ocurriendo en Ucrania. A pesar de haber mantenido una relación muy estrecha con Rusia, la guerra en Ucrania estaría debilitando estos lazos de cooperación y ocasionando una sensación de resentimiento desde Moscú. En toda la cronología de la Guerra, el país con capital en Astaná ha tratado de apartarse del espacio pro ruso y no apoyar a la invasión. Esto se ve claramente reflejado al momento de abrir las fronteras a los jóvenes rusos que buscaban huir del reclutamiento obligatorio. Las amenazas no tardaron en llegar y desde altos mandos del Partido Comunista Ruso clasificaron a Kazajistán como un país artificial. De igual forma, posteriormente existieron reuniones para recomponer lazos y alejar sospechas de una posible invasión.
Rol de Rusia en su zona de influencia postsovietico.
Los gobiernos de Asia Central mantienen su cautela en torno a la posición sobre el conflicto, y esto se explica por la extrema susceptibilidad a la que están expuestos con respecto a los cambios geopolíticos y de seguridad. Rusia sigue desempeñando roles clave en los sectores de energía y exportación energética de esa región. Además, continúa siendo el garante de la seguridad para estos países.
En la actualidad, el trono de potencia asiática en el que se posicionaba Rusia, fue cubierto velozmente y con creces por la República Popular China, que aprovechó su influencia económica mundial y se encargó de suplir ese lugar. China aprovechó la falta de capitales de los rusos y el bloqueo impuesto por las potencias de la OTAN. A pesar de esto, no cambió su relación con Moscú, por lo que continúa siendo el principal socio de Rusia y uno de los que se encuentra en la limitada lista de aliados políticos y económicos de la heredera soviética.
Relación actual con los integrantes del ex Pacto de Varsovia.
Por último, me parece interesante marcar la relación con aquellos países que formaron parte del Pacto de Varsovia: Albania ha sancionado económicamente a Rusia, Bulgaria ha deteriorado las relaciones diplomáticas, República Checa (antes Checoslovaquia) condenó fuertemente las acciones de Putin, al igual que Polonia y Rumania. Hungría es el único país de la Unión Europea que mantiene lazos amistosos con Rusia por las tensas relaciones con Kiev y la dependencia del gas ruso.
Está claro que con aquellos países que ocuparon el rol de observadores como China y Corea del Norte, aún se mantienen lazos de hermandad y cooperación. Un caso diferente es el de Mongolia, país también observador que actualmente sirve como escape de los jóvenes ante el régimen y la Guerra a través de la región de Buriatia, en la parte sur de Siberia. Mongolia también ha sido uno de los tantos países que ha solicitado el alto al fuego en reiteradas ocasiones. De igual forma posee una estrecha relación con Rusia en virtud del corredor económico común, creado en 2016, que poseen junto con China y que extendieron en 2022 por otros cinco años más.
Será interesante ver cómo continúa desarrollándose el conflicto que mantiene en vilo a gran parte del planeta, así como las próximas acciones que tomarán los actores políticos mencionados en este artículo.