Por Virginia Asis
La continuidad de la guerra entre Ucrania y Rusia y el estallido de un nuevo conflicto bélico entre Israel y Palestina nos ha puesto en jaque nuevamente, provocando que el 2023 sea un año marcado por numerosos debates y análisis sobre estos asuntos a nivel mundial. En esta línea, el presente artículo busca reflexionar acerca del impacto medioambiental que este tipo de enfrentamientos suele generar y por qué es tan importante la conservación de la biodiversidad ante sus efectos.
La víctima olvidada de la guerra
Las consecuencias que producen los conflictos bélicos son numerosas, por no decir infinitas. Desde la destrucción completa o parcial de la infraestructura hasta el masivo exterminio de las comunidades, la guerra es sin dudas el instrumento político más despiadado y salvaje que los Estados pueden utilizar para alcanzar la concesión de un determinado fin. Sin embargo, poco suele hablarse del impacto ambiental que estos enfrentamientos suelen generan tanto a corto como mediano y largo plazo sobre el entorno en el que se desarrollan.
Según los registros de la ONU, desde el siglo XX se han producido guerras en más de dos tercios de los puntos clave de biodiversidad del mundo. Cada uno de estos sucesos han demostrado cómo la naturaleza sufre una acelerada y abrupta degradación durante el transcurso de los mismos. Esto último adquiere aún más relevancia en la actualidad dada la emergencia climática y ambiental que estamos atravesando, pues desafía y entorpece los esfuerzos mundiales por conservar de manera sostenible los ecosistemas y recursos naturales de nuestro planeta.
En este sentido, desde 2001 la Asamblea General de las Naciones Unidas, consciente de que el medio ambiente a menudo es una víctima olvidada de la guerra, declaró el 6 de noviembre como el Día Internacional para la Prevención de la Explotación del Medio Ambiente en la Guerra y los Conflictos Armados. Asimismo, mediante resoluciones aprobadas en las sesiones de la Asamblea de la ONU para el Medio Ambiente de 2016 y 2017, se reconoció la necesidad de mejorar la protección del medio ambiente en tiempos de conflicto armado.
Ahora bien, ¿Cuáles son las posibles consecuencias y/o impactos que las guerras pueden generar sobre el ambiente? Veamos a continuación algunas de ellas.
Medioambiente: contaminación del agua, suelo y aire
Los misiles balísticos o armas explosivas son uno de los armamentos más utilizados en la actualidad dado su alto poder de destrucción. Las consecuencias de este tipo de municiones son diversas; sin embargo, en lo que respecta a lo ambiental, los misiles producen impactos altamente negativos sobre la calidad del aire, agua y suelo. Esto se debe especialmente a la gran cantidad de escombro que estos generan luego de derribar y/o destrozar infraestructuras. Tengamos en cuenta que este tipo de desecho emite gases tóxicos a la atmósfera, provocando nieblas tóxicas o smog y, como consecuencia, contaminando el aire. Asimismo, produce gran cantidad de sólidos suspendidos que alteran los cuerpos de agua a la vez que erosiona y contamina la tierra.
Otro armamento que los ejércitos pueden llegar a hacer uso son las armas químicas y nucleares, las cuales son potencialmente contaminantes para el medio ambiente dado el legado tóxico que dejan en el lugar. Así, en el caso de las armas químicas podemos tomar como ejemplo la guerra de Vietnam donde el ejército norteamericano roció millones de litros de herbicidas, utilizando mayoritariamente el “agente naranja”. Hoy, a más de 53 años de este conflicto, este agente sigue presente en los ríos y lagos del país pudriendo sus suelos y afectando la salud de sus habitantes. Por otro lado, en lo respecta a las armas nucleares, éstas liberan contaminantes como el uranio que se deposita en los suelos y fuentes de agua, deteriorando su calidad.
Medioambiente: pérdida del hábitat y la biodiversidad
Los bombardeos y otros métodos de guerra moderna dañan directamente el hábitat de numerosas especies y son capaces de matar casi del 90% de los animales del área, reduciendo notoriamente su población y afectando la biodiversidad del país. Un ejemplo de ello ha sido la República Democrática del Congo donde, debido a las numerosas guerras civiles que atravesó el territorio durante los 90, se registró una alarmante y acelerada disminución de especies animales como monos, gorilas, elefantes, roedores y antílopes.
Por otro lado, durante estos conflictos armados suele hacerse uso de minas terrestres que pone particularmente en riesgo a la vida silvestre ya que, al estar diseñadas para ser imperceptibles a la vista, éstas pueden provocar la muerte de los animales incluso luego de que haya finalizado el enfrentamiento.
Medioambiente: emisión de Gases de Efecto Invernadero
El despliegue y movilidad de tropas, vehículos y armamentos militares implican un enorme consumo de combustibles fósiles. Como consecuencia, las emisiones de CO2 de estos procesos son considerablemente altas, contribuyendo directa y negativamente sobre el calentamiento global.
Ahora bien, estos niveles de emisiones no se limitan solamente a las guerras sino que se mantienen durante los tiempos de paz. La necesidad de poner a prueba armamentos y técnicas nuevas; entrenar y capacitar al personal militar; y mantener y renovar su equipamiento implica que la huella de carbono de las fuerzas militares sea constantemente alta. En este sentido, diversas investigaciones han afirmado que las fuerzas armadas representan el 5,5% de las emisiones mundiales. Es decir que, si las tomáramos como un solo país, serían el cuarto emisor más alto, después de China, Estados Unidos e India.
Conclusión:
A modo de cierre, lo expuesto hasta aquí permite examinar y observar algunos de los impactos ambientales que los conflictos bélicos generan sobre el medio ambiente. Frente a un sistema basado en la producción masiva y el extractivismo, estos conflictos no hacen más que agravar la degradación de nuestra biodiversidad y retroceder los pocos avances que se están logrando para paliar el cambio climático. Por lo tanto, se vuelve inminente comenzar a pensar de qué manera pueden disminuir las amenazas que estos enfrentamientos representan para nuestro medio natural.
Referencias:
Beaujon, A. (31 de marzo 2022) La guerre en Ukraine, dévastatrice pour l’environnement, Challenges. https://www.challenges.fr/green-economie/la-guerre-en-ukraine-devastatrice-pour-lenvironnement_807224
Joli, F. (6 de noviembre 2020) L’impact des guerres sur l’environnement, L’ humanitaire dans tous ses états. https://blogs.icrc.org/hdtse/2020/11/06/l-impact-des-guerres-sur-l-environnement/
The Economic Times (14 de noviembre 2023) Conflict pollution, washed-up landmines and military emissions – here’s how war trashes the environment, The Economic Times. https://economictimes.indiatimes.com/news/environment/pollution/conflict-pollution-washed-up-landmines-and-military-emissions-heres-how-war-trashes-the-environment/articleshow/105199723.cms?utm_source=contentofinterest&utm_medium=text&utm_campaign=cppst
ONU (6 de noviembre 2018) Frenar los impactos de la guerra y los conflictos armados en el medio ambiente, UNEP. https://www.unep.org/es/noticias-y-reportajes/declaraciones/frenar-los-impactos-de-la-guerra-y-los-conflictos-armados-en-el