Por Nuñez Fiochi María Florencia
La mayoría de los países occidentales detenta el sistema republicano de gobierno que, en sencillos términos, significa la división de poderes. Montesquieu imaginaba a los poderes Ejecutivo, Judicial y Legislativo, con pesos y contrapesos…cada uno balanceándose en las decisiones de la república. Sin embargo, más allá de los pesos y contrapesos, el poder real -o al menos el que el imaginario colectivo cree-, tiene más que ver con quien administra los recursos del Estado.
La administración es detentada por el Ejecutivo (los jefes de Estado) en cada uno de los respectivos países. Por lo que, teniendo en cuenta que existen más recursos, el Poder Ejecutivo es, el más pesado en la balanza del poder. Aunado al poder de administrar los recursos, hoy en día existe la impronta propia del mundo tecnológico; particularmente las redes sociales que conllevan mayor o menor popularidad. De tal manera que, seguramente ninguno de nosotros podría decir quién es el presidente de la Corte Suprema de El Salvador, o quién es el presidente de la cámara de senadores en Brasil. No obstante, a todos nos suena el nombre de Bukele, Lula o Bolsonaro.
¿podrá Trump arrebatarle el poder a Biden?
En este punto, cobran gran importancia las elecciones del Poder Ejecutivo de los países. Y a medida que el poder económico del país es mayor, más fuerte será la importancia del resultado de esas elecciones. Teniendo en cuenta lo mencionado anteriormente respecto al poder del Poder Ejecutivo –en Estados Unidos, a través de la figura del Presidente- nos lleva a analizar cuál será el rol que asumirá este país en un contexto internacional sumamente complicado. Nos proponemos a elaborar –sin rigurosidad científica- los posibles escenarios ante las elecciones que pueden darse ante la victoria de Trump o Biden, analizando: la guerra de Ucrania, la guerra de Israel, la competencia con China; y averiguar si existirán diferencias en el resultado de las elecciones.
Para poder predecir eventos futuros, es necesario atenerse al pasado y en este sentido, trayendo a colación lo sucedido en la Anexión de Crimea por parte de Rusia, como la actual guerra de Ucrania, nos lleva a pensar que ambos candidatos (Biden o Trump) continuarán con las sanciones a Rusia. Durante la presidencia de Trump sí se aplicaron sanciones en contra de la anexión rusa de Crimea, y durante el mandato actual de Biden se aplicaron sanciones de la misma manera. La diferencia entre ambos mandatarios en relación a Rusia, podría verse desde el prisma de la OTAN. En este sentido, en un discurso realizado por Trump en Carolina del Sur, el 10 de febrero de 2024, éste advirtió que no va a defender a los países que tengan facturas pendientes con la OTAN ante una invasión rusa, es más, aseguró que animaría a Moscú a hacer “lo que quiera”.
De tal manera que, si bien es cierto que ambos mandatarios sancionaron a Rusia, en el discurso trumpista parecería que existen más reservas al momento de financiar a la OTAN; que en términos prácticos significó que, inmediatamente a dicho discurso, funcionarios de la Unión Europea, como Ursula Von Der Layen, manifestaran que existe la posibilidad de una guerra, y que por tal motivo es necesario armarse. Lo que, hipotéticamente, podría barajar que los países de la Unión Europea vean la posibilidad de un ejército europeo (y ahora más, ante la salida de Reino Unido).
En relación al actual conflicto en la Franja de Gaza, históricamente la mirada entre demócratas y republicanos ha sido un tanto diferente. Tradicionalmente, los demócratas tienden a apoyar una solución de dos estados para el conflicto israelí-palestino, que implicaría la creación de un estado palestino independiente junto a Israel. Los republicanos generalmente muestran un fuerte apoyo a Israel y su derecho a defenderse contra amenazas externas. Muchos republicanos ven a Israel como un aliado estratégico importante en Medio Oriente y se oponen a cualquier presión internacional que pueda limitar la capacidad de Israel para tomar medidas en defensa propia. A menudo, los republicanos critican a los demócratas por lo que perciben como una falta de apoyo suficiente a Israel y su seguridad.
Es dable tener en cuenta que, mientras Trump fue presidente, cambió la embajada estadunidense en Israel desde Tel Aviv hasta Jerusalén –expresión máxima de apoyo a Israel-; lo cual podríamos cotejar con el comportamiento de Biden: hace unos días, éste expresó su aprobación al discurso del líder de los demócratas en el Senado, Chuck Schumer, que pidió elecciones en Israel al considerar que su primer ministro, Benjamín Netanyahu, es un “obstáculo para la paz”. Esto nos lleva a suponer que, al igual que el conflicto en Ucrania, ambos presidentes apoyarán a Israel –ya que históricamente ha sido su posición- la diferencia radica en el quantum: ya que, pareciera que mientras Trump apoya sin escalas a Israel, Biden tendría más reparos.
¿Cómo fue la relación de china con Biden y Trump?
En relación a China-Estados Unidos, podemos decir -sin dudas- que la etapa de más rispideces, fue durante el mandato de Trump. Sin embargo, Biden continuó sus pasos. De la misma manera que los puntos anteriores, la diferencia radica en el quantum. Mientras que Biden en noviembre del año pasado, se reunió con el presidente chino durante cuatro días manifestando a posterior: “Tuvimos la más constructiva y productiva reunión que podíamos tener”, y “Hubo importantes progresos” en la estabilización del vínculo, lo cierto es que –en la práctica- los aranceles continuaron, y la relación durante momentos fue tensa (basta recordar que Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes de EE.UU visitó a Taiwán pese a las amenazas chinas).
En conclusión, los resultados de las elecciones serán importantes, pero si uno analiza con detenimiento; -más allá de diferencias retóricas en el discurso de los candidatos- en el fondo se aplican las mismas medidas. La diferencia que, desde afuera, parece observarse es que la discrepancia entre ellos tiene más que ver con el quantum más que en el qué. En definitiva, se trata de un país conformado por miles de redes que buscan lo mismo: poder.