Por Juan Cruz Vicentini
A pesar de la guerra en Ucrania y las sanciones económicas occidentales, Vladimir Putin, de 71 años, alcanzó su triunfo electoral más significativo desde que asumió el cargo en el año 2000. Alrededor del 74% del padrón acudió a las urnas para elegir a Putin como presidente, que venció con más del 87% a los otros candidatos, manteniendo en el poder por 6 años más al líder más cuestionado de los últimos tiempos.
¿Estas elecciones son una parodia?
Occidente rechaza los resultados y dice que lo que ha ocurrido en Rusia es una farsa electoral. Países como Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Ucrania y Polonia han condenado los comicios, afirmando que no fueron libres ni justos.
También el grupo independiente ruso llamado Golos que monitoreo las elecciones afirma que esta victoria aplastante de Putin fue la más fraudulenta y corrupta en la historia del país. El grupo en su declaración expresó que las elecciones, concluidas el domingo, no podían ser consideradas auténticas ya que “la campaña se desarrolló en un contexto en el que los principios fundamentales de la constitución rusa, que aseguran los derechos y libertades políticas, prácticamente no estaban vigentes”. Además, subrayó que “Nunca antes se había visto una campaña presidencial que estuviera tan por debajo de los estándares constitucionales” debido a las numerosas exclusiones de candidatos y a la participación de postulantes que simplemente desempeñaban un papel simbólico para respaldar al líder del Kremlin.
Con respecto a los candidatos, cabe aclarar que Putin no enfrentó competidores reales debido a la exclusión por parte de las autoridades judiciales de dos contendientes que se habían opuesto a la guerra en Ucrania.
Los tres candidatos habilitados no desafiaron directamente la autoridad del actual presidente, participando únicamente para otorgar una apariencia de legitimidad a un proceso electoral cuestionado. En realidad, los otros candidatos son políticos afines a él y además ninguno está en contra de la guerra de Ucrania.
El segundo más votado después de Vladimir fue el comunista Nikolái Jaritónov con el 4 % de los votos, seguido por el representante del partido Gente Nueva, Vladislav Davankov, con 3,86 % y el último aspirante es el ultranacionalista Leonid Slutski, que suma el 3% de los votos.
Protestas en contra de Putin y las elecciones
Sin lugar a dudas que esta falsa elección iba a generar protestas lo más curioso de esto es que no solo ocurrieron en Rusia, sino que también las hubo en las capitales más importantes de Europa como Berlín, Roma, París y Madrid, donde los manifestantes han rechazado el resultado electoral y han expresado su descontento con el proceso electoral.
Se formaron grandes acumulaciones de gente en las embajadas donde miles de rusos viven exiliados en las principales urbes europeas y aunque la mayoría de las protestas fueron pacíficas, se registraron incidentes como un atentado con cócteles molotov lanzados hacia la embajada rusa en Chisinau, la capital de Moldavia.
Una situación particular se vivió en la embajada rusa en Berlín donde voto la esposa del ex líder de la oposición rusa, Alexei Navalny y que fue hallado muerto en su celda, Yulia Navalnaya. Ella declaró que Vladimir Putin no ostenta la legitimidad como presidente de Rusia, argumentando que los resultados oficiales de las recientes elecciones en el país carecen de validez.
En el plano interno muchos votantes mayormente jóvenes se presentaron en los centros de votación de las ciudades más importantes del país, respondiendo al llamado de la oposición para participar en el evento “Mediodía en contra de Putin”
Esta iniciativa fue liderada por el político liberal Maxim Reznik y apoyada por Alexei Navalny antes de fallecer.
A esa hora concreta del mediodía se han concentrado miles de personas en los centros electorales para mostrar su descontento con el funcionamiento de los comicios. Las formas de protesta de los participantes fueron varias como verter tinta en urnas, iniciar incendios o lanza cócteles Molotov como pequeños actos de desobediencia civil que intentaban empañar las elecciones presidenciales.
La fiscalía de Moscú consideró que esta iniciativa era ilegal y pidió a los ciudadanos que no formaran parte de ella, aduciendo que estarían vulnerando el Código Penal ruso al “obstruir los derechos electorales de los ciudadanos”. Durante todo el domingo, según medios independientes, las fuerzas de seguridad del país detuvieron al menos a 74 personas, mostrando el claro autoritarismo y represión política que se vive.
¿Qué pasará con la política exterior rusa después de las elecciones?
Luego de salir victorioso, Putin busca aumentar las divisiones en Occidente principalmente en términos de seguridad y política exterior. Pretende debilitar la unidad de los países occidentales y socavar la cooperación transatlántica, especialmente desafiando a la OTAN y a la Unión Europea. Además, busca reconfigurar el equilibrio de seguridad en Europa, presionando para que la OTAN renuncie a la expansión hacia el Este, a toda cooperación militar con Ucrania y otros antiguos países soviéticos que no son miembros de la alianza norteamericana, y reconozca una franja de territorio europeo como parte de la esfera de influencia rusa. Estas acciones buscan reforzar la posición de Rusia y debilitar la influencia occidental en la región, en este contexto, se espera que la confrontación con Occidente continúe siendo un tema recurrente en los discursos de Putin, lo que podría llevar a una política exterior más beligerante y a una mayor tensión en las relaciones internacionales.
¿Qué impacto tiene la victoria de Putin?
Las implicaciones del resultado son diversas y abarcan tanto aspectos internos como internacionales.
A nivel interno, la victoria de Putin refuerza su posición de poder y le permite mantenerse en la presidencia hasta 2030, consolidando su liderazgo durante un extenso período. Esta continuidad en el poder plantea desafíos en términos de libertades políticas y oposición real, ya que las elecciones han sido criticadas por líderes occidentales por no ser consideradas libres ni justas debido al control estricto del Kremlin sobre el sistema político y los medios de comunicación. En el ámbito internacional, el resultado ha generado reacciones mixtas. Mientras líderes occidentales han cuestionado la legitimidad de las mismas y han denunciado la falta de libertad política, China ha felicitado a Putin y expresado su confianza en que las relaciones sino-rusas seguirán fortaleciéndose bajo su liderazgo.
En resumen, la victoria de Putin en las elecciones de 2024 tiene implicaciones significativas tanto a nivel nacional como internacional, consolidando su poder, que se había visto mermado cuando el grupo Wagner se rebeló contra el mandatario tomando varias ciudades del país, y generando reacciones diversas en la comunidad internacional. Por lo tanto, los países europeos y Estados Unidos tendrán que esperar para ver al líder ruso derrocado y fuera del poder.
