Por Héctor Lovaiza
Este primer tramo nos permitirá clarificar el punto al que pretendo arribar. La política exterior argentina está atravesada por contradicciones de toda índole. Gobiernos de determinada ideología política económica tienen un fuerte alineamiento con Estados cuyos gobiernos están en las antípodas, pero más aún, se acoplan a su paradigma. Existieron presidentes que tuvieron que optar por el pragmatismo adaptándose al contexto internacional, como también gobiernos que fueron coherentes con su cosmovisión ideológica. Un caso emblemático del primero fue el tratado comercial firmado en agosto de 1977 entre el gobierno de facto de nuestro país y la URSS para la comercialización del trigo argentino a ese país, aumentando el volumen posterior a la suspensión de las exportaciones de cereales decretado por el presidente de EEUU al gigante soviético.
El presidente Milei, y como lo vengo haciendo de manera continuada, está alineado discursiva, e ideológicamente, con occidente, especialmente con los Estados de Israel y EEUU. En este análisis abordare solamente la interrelación entre la actual administración y el país israelí. Para esto es elemental plantear un interrogante que nos guiara a esa conclusión a la cual pretendo llegar: ¿la política hacia Israel desplegada por el presidente es inédita en la política internacional argentina? La respuesta, como adelanto del colofón, es negativa. Javier Milei está profundizando una política histórica de alineamiento inaugurada por el presidente Perón, que es el mandatario al cual contrastare para ratificar esta postura. Esta relación tuvo sus altibajos, pero siempre fue un eje trasversal en nuestra política.
Lo religioso y político/ económico como variables en la relación
Dos son las variables principales para comprender política e históricamente la relación entre los gobiernos del Gral. Perón y Javier Milei con el israelí: lo religioso y político/económico. El primer punto es considerado el segundo en importancia, a razón de la dinámica de las relaciones internacionales atravesadas por cuestiones de poder, primando lo geopolítico por lo religioso, no desoyendo esto último, pero solo es fundamental entender que Perón miraba al mundo desde un prisma cristiano con una idea de Nación puesta en el espacio geográfico, las fronteras, los recursos naturales y el orden interno, por ende, esta región era considerada de gran valor simbólico donde nacieron las tres religiones monoteístas y el mundo civilizado. Este eje místico tiene el primer punto de unión con el presidente Milei. Este adscribe y observa al mundo desde la religión construyendo una visión sesgada y fundamentalista fagocitando las visiones geopolíticas, no significando su total ostracismo. Pero subyace una cuestión suprema en este tramo, el antisemitismo. De este modo entra en escena lo político/económico, entrelazado con lo religioso. Para eso debemos de situarnos en el periodo de la inmediata post guerra fría donde el antisemitismo ocupo un rol central en el debate presidencial argentino en los años 1945 y 1946.El rechazo al pueblo judío implicaba cierta complicidad o respaldo hacia el genocidio perpetrado por el nazismo, siendo este punto central en la construcción del mito del peronismo nazi, que según el historiador israelí Raanan Rein existían muchos factores en la cimentación de esta imagen, fundamentalmente externos, como consecuencia de la neutralidad argentina en la segunda guerra mundial, al punto de que en 1945 , Argentina era la única nación en no solidarizarse con Estados Unidos, provocando una escalada de odio en amplios sectores norteamericanos. Este pensador también pone en escena una cuestión de suma importancia, “la Argentina de Perón”, es el primer país latinoamericano en establecer una embajada en Israel enviando un embajador de origen argentino judío, Pablo Manguel., erigiéndose en el primer país latinoamericano en abrir una legación en esa nación. Esta génesis diplomática tuvo un precedente muy controversial en cuanto a interpretación: la abstención argentina en la votación de la Resolución 181 de la Asamblea General de Naciones Unidas el 29 de noviembre de 1947 referida a la partición de Palestina. Esta decisión de política internacional debe de ser entendida como resultado de una compleja yuxtaposición de las situación internas y globales donde el principal objetivo era la reinserción del país posterior a la segunda conflagración mundial, y teniendo en cuanta la aludida neutralidad nacional, y en cuanto a factores internos, la existencia de una vasta comunidad árabe y judía.
Después de esta instauración diplomática, la Argentina firmó un generoso acuerdo comercial con Israel, (el primero entre ambos, y antes que EEUU que le otorgaba condiciones favorables para la adquisición de productos argentinos. Según Rein, las condiciones adjudicadas por Argentina a Israel eran a todas luces generosas, particularmente en las formas de pago, permitiéndole pagar por el 10% de sus adquisiciones en pesos argentinos, con el fondo proveniente de la Campaña Unida Judeo Argentina (CUJA) y el resto en dólares. El comercio de carnes fue uno de los grandes beneficios para el joven Estado, al adquirir a precios más bajos que los del mercado mundial. A partir de este tratado, nuestro país se convirtió en el principal socio de Latinoamérica, su cliente y principal fuente de importaciones. Este envío de alimentos fue vital en la formación y consolidación del Estado de Israel, dada la duplicación de su población entre 1948 y 1950.
Conclusión
Me remito nuevamente a la pregunta que guía este artículo: ¿la política hacia Israel desplegada por el presidente es inédita en la política internacional argentina? Esta tuvo un esbozo negativo como respuesta. Es indudable, inclusive impensado, esta sintonía positiva entre ambos mandatarios de disimiles ideologías, pero también de dispares contextos. Javier Milei está materializando una política que es legítima pero no pertinente hacia el Estado de Israel, dado el ostracismo que sufre el país judío, ponderando la mirada religiosa, que también la tuvo el Gral Perón, por sobre la geopolítica y la economía, también sostenida por el líder justicialista. El actual lineamiento no es pertinente a razón de las complicaciones que puede causar en la sociedad nacional el conflicto árabe/israelí y más alejado aun del pragmatismo ejecutado por el peronismo Milei es el peronista menos pensado.
bibliografía
Rein,R. ( 2015) Los muchachos peronistas judíos. Buenos Aires: Editorial Sudamericana
Tauler,M.(2017) La política exterior del peronismo y su vinculación económica y política con el Estado de Israel (1946-1955).Buenos Aires: Universidad Nacional del Centro (UNICEN).