Corea del Norte en busca de la desestabilización regional

El pasado martes 29 de agosto el gobierno de Corea del Norte decidió lanzar un misil de mediano alcance desde Sunan, una región cercana a la capital de dicho país. Dicho misil viajó aproximadamente 2700 kilómetros hasta caer al mar de Japón. Sin embargo, en ese recorrido atravesó el cielo de la región de Hokkaido, situada al este de la península de Oshima, disparando las alarmas del país Nipón y del mundo.

El lanzamiento del Misil Hwason-12 es una zancada en la escalada de tensión político militar que se viene llevando a cabo entre EEUU y Corea del Norte. Son varios los motivos que llevan al régimen de Kim Jong-un a realizar estas acciones militares. Por un lado, busca persuadir y reducir las maniobras militares conjuntas que están realizando Corea del Sur y Estados Unidos. Estas acciones conjuntas surgen en respuesta al desarrollo mismo del programa nuclear de Pyongyang, que dan lugar a un círculo vicioso de búsqueda constante de dominio militar.

Por otro lado, busca posicionar en agenda internacional el desarrollo nuclear que el país ha llevado a cabo en estos últimos años e instaurar un liderazgo político-militar en la región. Finalmente, busca probar que tiene misiles que alcanzan la isla norteamericana de Guam, en la cual se encuentra una importante base militar de Estados Unidos, y la cual ha amenazado en numerables ocasiones.

¿Qué lugar tiene China en este conflicto?

El papel de China en este conflicto es fundamental. Pekín ha sido un aliado militar de Pyongyang de larga data, llevando a cabo procesos de cooperación en materia militar y diplomática. El interés de Beijing es tener a Corea del Norte como “estado tapón”  (Estado tapón o Estado Colchón es un término utilizado en Geopolítica para denominar a un Estado que se encuentra geográficamente situado entre dos potencias o estados enfrentados políticamente) de Corea del Sur, aliado importante de Estados Unidos en Asia. Sumado a esto, un país con tecnología nuclear representa un obstáculo para la estrategia del liderazgo de Estados Unidos en Asia o de liderazgo regional de alguno de sus aliados, como Japón o Corea del Sur.

Desde el foco chino, geoestrategicamente es positivo el desarrollo militar de Pyongyang por lo antes mencionado, pero tiene desventajas. En primer lugar, este hecho puede disparar un proceso de desarrollo nuclear de los países de la región dando lugar a la militarización regional con repercusiones negativas para su objetivo de liderazgo.

En segundo lugar, en el caso de un enfrentamiento militar, el consecuente colapso de Corea del Norte tendrá múltiples consecuencias negativas para la economía china y mundial. Esto se debe a que el gigante asiático ha establecido una relación económica de interdependencia con el país, como por ejemplo el posicionamiento de sus productos en el mercado coreano, asistencia energética y alimentaria sumado  a grandes inversiones de capital en dicho país. Además, la desaparición geopolítica de Corea del Norte significa la presencia de bases estadounidenses en la misma frontera con China.

Sin embargo, si el gigante asiático continúa con su apoyo al régimen de Kim Jong-un podría comenzar a tener problemas políticos con EEUU y los aliados occidentales en el caso de que la situación mantenga su tensión o se incremente.

En lo que respecta al desarrollo nuclear de Pyongyang, debemos recordar que China apoyó la resolución 1789 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, la cual impuso sanciones a Pyongyang luego de las detonaciones realizadas por el régimen en Octubre de 2006.

         

Consejo de Seguridad

Este martes 29 de agosto el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas llevó a cabo una reunión de urgencia a puertas cerradas solicitada por Estados Unidos, Japón y Corea del Sur en Nueva York, a la cual se sumó la petición de  Alemania, Rusia y Gran Bretaña posteriormente. A pesar de no contar con información de lo tratado en dicha reunión, deducimos que continuarán incrementando la presión internacional y las sanciones sobre el régimen. Debemos destacar que la presión internacional ejercida hasta hoy sobre el país en conflicto no sólo no ha reducido la tensión, sino que la ha incrementado.

Según lo establecido en el artículo 51 de la Carta de Naciones Unidas, ninguna de las disposiciones pautadas en la carta  menoscabará el derecho inmanente de legítima defensa, individual o colectiva, en caso de ataque armado contra un Miembro de las Naciones Unidas, hasta tanto que el Consejo de Seguridad haya tomado las medidas necesarias para mantener la paz y la seguridad internacionales La doctrina se divide en la interpretación de la legítima defensa, considerando básicamente dos perspectivas: por un lado, la posibilidad de actuar antes de que el ataque inminente se haya consumado, por otro lado actuar inmediatamente posterior al hecho. Las políticas militares de Estados Unidos nos han mostrado que no  tembló su pulso para intervenir “preventivamente”, en orden de evitar posibles ataques a blancos norteamericanos.

Desde la perspectiva misilística

A primera vista parece que estamos frente a una “carrera misilística” pero si observamos detenidamente eso no es del todo cierto. Corea del Norte está en desarrollo de misiles intercontinentales balísticos (ICBM) y Estados Unidos  despliega misiles anti-balísticos para interceptar y neutralizar a estos en el aire (sistema THAAD, tecnología similar a la del Iron-Dome que custodia el espacio aéreo Israelí). Actualmente, Estados Unidos está instalando los dispositivos defensivos en Guam, Corea del Sur, Aleutianas y Hawaii con el objetivo de cubrir todo el pacífico bajo un inmenso domo defensivo. Esto mismo sucede, siguiendo con el ejemplo anterior, en Israel y su sistema de defensa Iron-Dome que intercepta los cohetes Qassam de Hamas. Este tipo de sistemas defensivos es altamente demandado por los aliados de occidente en Asia y eso supone que en un plazo no muy largo, sea adquirido por casi todos los países de este grupo.

Se ha mencionado la posibilidad de que Estados Unidos pueda arrojar una bomba MOBA (Mother of all Bombs) sobre Corea del Norte, usada en abril del corriente año por Estados Unidos en su lucha contra Estado Islámico. Sin embargo, debido a que dicha bomba solo puede arrojarse desde una aeronave (el pasado abril fue lanzada desde un C – 130 Hércules), no puede ser arrojada sobre Corea del Norte, ya que es una zona aérea controlada militarmente y dicha aeronave sería derribada en el instante en que ingrese a esta.

¿Quien tirara la primera piedra?

Desde la Casa Blanca no observan una salida diplomática a la situación, según los dichos de altos funcionarios, sin embargo una salida militar tendría repercusiones negativas para occidente. Por otro lado, China adopta una postura del consenso y diálogo ya que políticamente le beneficiaría si esta situación mantiene el status quo. Pero, ¿deberían los países aliados a occidente esperar a que se concrete un ataque para reaccionar a la situación?

 

Bibliografía

  • “China – North Korean relations”. Nanto, D: Manyin, M. Congressional Research Service.
  • Carta de Naciones Unidas. un.org/es
  • “Sobre el Colapso de los Imperios, la Fragmentación del Estado, y el Equilibrio de Poder y de Imaginarios Sociales en la Historia Mundial”. Maebe, J: Paredes, J y Saguier, E. https://goo.gl/HQir2U
  • Xu, Beina; Bajoria , Jayshree: “The China-North Korea Relationship”. Ed: Council of Foreign Relations, 2014.
  • bbc.com/mundo
  • elpais.com

 

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Jose Moyano

Córdoba Global

 

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