A cuatro meses de su retirada del histórico Acuerdo de París sobre el cambio climático, un fuerte huracán sacude el sur de Estados Unidos y otro amenaza con hacerlo en los próximos días. ¿Será está cachetada a su promesa de campaña una “Wake up call” para el presidente de los Estados Unidos en su postura respecto al medio ambiente?
EL CAMBIO CLIMÁTICO TOCA LA PUERTA DE LA CASA BLANCA
El Huracán Harvey tocó tierra en Texas la noche del 25 de agosto; provocó fuertes vientos y voluptuosos oleajes que desencadenaron inundaciones, numerosos daños materiales y al menos 30 víctimas mortales. A tan solo unos días pasada esta catástrofe, otra tormenta atenta contra las costas de Florida y amenaza con seguir viaje hasta Tennessee. No es necesario ser un especialista para deducir que este tipo de tormentas que generan tantas pérdidas humanas y materiales y que imponen una traba al desarrollo son consecuencia del cambio climático.
ACUERDO DE PARÍS y CAMBIO CLIMÁTICO
En el año 2000 todos los Estados miembros de las Naciones Unidas adoptaron la declaración del Milenio y los Objetivos de Desarrollo del Milenio, que proporcionaban un marco de trabajo universal para el desarrollo y la colaboración en pos de un futuro mejor para todos. Estos objetivos presentaban una visión ambiciosa para el 2015, fecha límite para lograr avances en la mayoría de los mismos
En ese año, se realizó el seguimiento de los resultados y se reconocieron progresos en varias esferas pero de forma desigual. Sobre todo en países en desarrollo, además de que varios distan de alcanzarse.
Por ello mediante una resolución de la ONU se aprueba la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, y en la Conferencia de París sobre el Clima (diciembre 2015), 195 países firmaron el primer acuerdo vinculante mundial sobre el clima. Éste presenta 17 ‘’Objetivos de Desarrollo Sostenible’’ (ODS) y 169 metas, con los cuales se pretende retomar los anteriores ODM y lograr lo que con ellos no se concretó; se plantea un carácter integrado e indivisible para que nadie quede afuera.
Una de las acciones más emblemáticas, para evitar un cambio climático peligroso, es un plan de acción mundial que pone el límite del calentamiento global por debajo de 2 ºC. Este umbral define el punto en el cual se tornaría inevitable un rápido retroceso en materia de desarrollo humano y daños ecológicos difíciles de evitar.
El acuerdo plantea la necesidad de transparencia y rendición de cuenta por parte de los gobiernos, además de la cooperación y el apoyo mutuo. Se reconoce la responsabilidad histórica de los países desarrollados en cuanto al financiamiento, y su compromiso con los países en desarrollo.
LA OVEJA NEGRA
El 1 de junio de 2017, Estados Unidos se les sumó a Nicaragua y Siria (únicos no participantes del acuerdo) siendo el primer país en retirarse del tratado. El que avisa no traiciona, y Trump avisó pensaba desmantelar el legado de su predecesor, Barack Obama, para luchar contra el cambio climático. Mediante el decreto ‘’Independencia energética’’ eliminó todas las regulaciones impulsadas por Obama que fomentan el uso de energías limpias, la energía nuclear y el gas natural; y se posiciona en favor del carbón. Justifica su accionar mediante el discurso de America First y la creación de empleo; plantea que esas regulaciones estropean el proceso y que busca restaurar la libertad económica en el mercado energético restringiendo la intervención estatal.
Meses más tarde, empleando el mismo discurso, anuncio su retirada del Acuerdo de Paris, proponiendo una renegociación en términos justos para EUA como condición para retornar al mismo. Pero la Comunidad Internacional rechazó esta propuesta, planteando que el tratado no puede ser renegociado, por su calidad vital para el planeta, las sociedades y las economías.
Estados Unidos se convierte así en la oveja negra de la comunidad internacional, la cual proclamo esta acción como una gran frustración de los esfuerzos mundiales en pos del desarrollo humano y la sostenibilidad del medio ambiente.
¿QUIEN GANA Y QUIÉN PIERDE?
El medio ambiente es un bien común a la humanidad y los efectos del cambio climático no distinguen entre pobres o ricos. Las inundaciones sin precedentes desencadenadas por las recientes tormentas en el sur de Estados Unidos subrayan la necesidad de que, incluso los países desarrollados, aceleren sus planes para contener desastres y mantener a las personas vulnerables a salvo de los golpes que vienen asociados al cambio climático. Sin embargo es poco probable que esta devastación provoque reacción alguna en el presidente de los Estados Unidos.
Estamos ante una crisis que vincula el presente con el futuro, no hay otro tema más urgente y ninguno exige medidas tan inmediatas como este; el cambio climático determina el desarrollo humano tanto de nuestra generación como de las futuras. El no actuar es un error político que significaría una violación a los derechos humanos de una vida digna y segura. La acción es necesaria para poder lograr la cooperación y el liderazgo necesarios para cumplir con los ODS y ayudar a lograr la sostenibilidad de nuestro ambiente.
En el ámbito del cambio climático un freno en las negociaciones tiene consecuencias a largo plazo y es un tema competente a escala mundial. Nuestra generación está acumulando una deuda ecología insostenible que se traspasara a las futuras generaciones.
Nos rige una interdependencia ecológica, si uno se va, perdemos todos.
BIBLIOGRAFIA
Programa de Naciones Unidad para el Desarrollo, PNUD Antecedentes de los Objetivos de Desarrollo Sostenible http://www.undp.org/content/undp/es/home/sustainable-development-goals/background.html
Naciones Unidas, Asamblea General “Proyecto de documento final de la cumbre de las Naciones Unidas para la aprobación de la agenda para el desarrollo después de 2015”, A/69/L.85 (12 de agosto de 2015). Disponible en undocs.org/ A/69/L.85
Naciones Unidas, Informe 2007. (Nueva York, 2007) Objetivos de desarrollo del Milenio.
Programa de Naciones Unidas para el desarrollo, PNUD Informe sobre Desarrollo Humano 2007-2008: La lucha contra el cambio climático, solidaridad frente a un mundo dividido.
Autora
Guillermina Nicola. Estudiante avanzada de Relaciones Internacionales por la Universidad Empresarial Siglo XXI.
