Dados los acontecimientos vistos en Europa del Este, no es de sorprenderse que los diferentes Estados hayan tomado la iniciativa de equiparar sus fuerzas a los tiempos del siglo XXI.
Rusia tiene planes de aumentar considerablemente su potencial bélico. Uno de los muchos indicadores es el T-14 Armata. Es un tanque moderno que pretende ser el nuevo MBT (acrónimo en inglés para tanque de primera línea) de las Fuerzas Armadas de Rusia. Dicho tanque intenta renovar el MBT actual-, el T-72, producido desde 1973, luego del fallido y fatal intento de utilizar el T-80 como tanque principal de combate.
El nuevo tanque de los rusos tiene una torreta automatizada, un peso de 65 toneladas, un cañón de 125 mm-y un sistema novedoso de detección activa de proyectiles, es decir, cualquier proyectil que se dirija en dirección al tanque será detectado y destruido por otro misil lanzado desde la plataforma.
Esto presenta dos novedades de diseño. En primer lugar, la automatización del primer carro de combate, lo que lo transforma en el primer “carro robot” y a futuro presenta una evolución definitiva en el diseño de los tanques. En segundo lugar, la no dependencia de la armadura como único elemento de protección contra los proyectiles enemigos-y la utilización de un elemento de reacción en el arsenal ruso.
¿Por qué Rusia, un poder con una economía en la baja, sigue produciendo y modernizando armas y espera crear una nueva plataforma de tanques como el Armata?
En primer lugar, Rusia intentó convertir su economía a una economía de consumo, fracasó en el intento durante los años 90, los costos laborales y la calidad de sus exportaciones flaquearon frente a los nuevos tigres asiáticos. Los costos hundidos de la industria de Defensa de la ex Unión Soviética, el know how, los científicos y los técnicos le proveen una ventaja comparativa en la economía mundial.
La otra opción es convertirse en un país exportador de petróleo y de gas. Con las sanciones de Europa Occidental por la anexión de Crimea, la venta de armas provee una alternativa de producto de exportación a los poderes en contra de Washington como elemento de disuasión (Gvosev, 2015).
¿Qué pueden hacer los vecinos occidentales ante el avance del coloso ruso?
Existen diversos elementos que hacen al poder de una nación, Morgenthau, el padre del realismo clásico, nombra los factores económicos, militares, tecnológicos, entre muchos otros. Estructuralmente, algunos de los diversos elementos que hacen al poderío de una nación no pueden cambiarse. Se puede hacer un uso estratégico de los recursos existentes, en determinados casos. A cuenta de ello, los diferentes Estados de Europa Oriental, en vistas a la situación ocurrida en Ucrania, han decidido reorganizar sus fuerzas para lograr un mejor resultado en caso de un conflicto generalizado.
Polonia es uno de los usuarios con mayor cantidad de tanques en Europa, en particular de los tanques Leopard alemanes. Esto está en consonancia con la realidad geopolítica del continente europeo, cualquier ataque masivo por parte de Moscú sería una cabeza de lanza de tanques a través de las planicies.
De manera no sorpresiva, Polonia mantiene la flota de tanques más grande de Europa Oriental, con los tanques germanos anteriormente nombrados, desproporcionadamente modernos en comparación con el resto de su equipamiento que, en algunos casos, data de la Guerra Fría.
No obstante, es poco probable que exista un conflicto directo entre ambas naciones y la OTAN respaldando una guerra convencional. Hasta ahora, la manera de proceder de Rusia ha sido la de involucrarse en conflictos apoyando a terceros de manera indirecta en una guerra por proxy; sea a través de apoyo a terceros como Bashar Al Assad en Siria, o directamente con Fuerzas Especiales apoyando milicias locales, como en el caso de Ucrania.
Los países del Báltico son insignificantes en comparación con el potencial bélico de su vecino del Este, tanto económicamente como en el tamaño de su población y su posición geográfica. Comparten una frontera terrestre plana, sin ningún tipo de paso montañoso, punto de ahorque o punto fácilmente defensivo con una de las potencias con mayor cantidad de tanques en el mundo. Con el agravante de que presentan una situación similar a la de Ucrania, una gran cantidad de descendientes de rusos, en algunos casos hasta el 30 % de la población, en la frontera oriental con Rusia. La única alternativa es buscar aliarse con los países occidentales y reestructurar las fuerzas existentes. Es exactamente lo que están haciendo los países del Báltico y Polonia.
Para hacerle frente a los potenciales elementos de quinta columna entre la población civil y a la infiltración por parte de fuerzas especiales rusas, Polonia ha creado una nueva rama de servicio. La quinta fuerza de las Fuerzas Armadas de Polonia, las Fuerzas de Defensa Territorial, están preparadas para combatir fuerzas híbridas y de baja intensidad en ambientes urbanos y de corta distancia (Szymanksi 2015).
La otra opción, la de aliarse, se puede observar en el ejercicio Anaconda, el cual tomó lugar en el 2016 en Polonia. Fue el juego de guerra más grande de la OTAN desde la Guerra Fría (Smith 2016).
Con la salida de la National Security Strategy y la posterior National Defense Strategy del presidente Trump, se pueden observar dos realidades geopolíticas diferenciadas. Por una parte, la zona del Asia Pacífico y, por otra parte, la zona Euroasiática con Rusia como principal contrincante de los países occidentales, luego de ser ambas nombradas como potencias “revisionistas” del orden mundial.
Estas realidades derivan de la utilización diferenciada en cuanto a lo militar. Lo naval y aéreo como primacía se pueden observar en la zona de China. Cualquier Estado que pretenda controlar el Sudeste Asiático tendrá que construir una flota de mar capaz de competir con los otros países. China lo está realizando en este mismo momento con capacidades A2/AD (capacidad de negación de acceso al área) y seguirá posteriormente con una flota.
Volviendo a la zona rusa, el mantra popular de los años 2000 con que el mundo se vería afectado por fuerzas asimétricas e irregulares de las nuevas guerras quedó falseado. Los conflictos de los años 2010 han sido caracterizados por ser principalmente convencionales, en cuanto a grandes potencias se refiere. Rusia se ha visto envuelta en un conflicto contra Georgia en el 2008, Siria en el 2014 y Ucrania en 2015. Dos de tres contra actores estatales y contra un actor que libra guerras convencionales y asimétricas al mismo tiempo.
Hoy en día, Estados Unidos y sus aliados tienen como principal objetivo Corea del Norte y la contención china en el Pacífico como principales amenazas. Si hubiese una guerra en el Asia Pacífico, el primer actor en caer sería un Estado: Corea del Norte. La respuesta polaca de volver a tener una “Home Guard” es una muestra de la ambigüedad del mundo de la guerra. Tanques ultramodernos conviven con fuerzas territoriales híbridas que, en caso de conflicto, tendrían que llevar a cabo una guerra asimétrica. Pero en este caso, ni el fundamentalismo ni la cuestión étnica tienen mucho que ver. Es el mismo Estado quien prepara una fuerza irregular para luchar contra un Estado fuertemente armado. Algunas cosas cambian, pero otras no tanto.
Autor
Luciano Camaño es Licenciado en Relaciones Internacionales de la Universidad del Salvador, Becario OEA, Diplomado en Desarrollo y Políticas Públicas y Maestrando en Defensa Nacional. Actualmente es cocinero en una escuela.
Referencias
- Morgenthau, H. (1967). Política entre las naciones. p.67, Grupo Editor Latinoamericano, Buenos Aires, 1986.
- Smith, A. (2017). Nato countries begin largest war game in eastern Europe since cold war. [online] the Guardian. Available at: https://www.theguardian.com/world/2016/jun/06/nato-launches-largest-war-game-in-eastern-europe-since-cold-war-anaconda-2016 [Visitado el 31 de Agosto de 2017].
- Ministry of National Defence of the Republic of Poland (10 May 2017). “Territorial Defence Forces”. Official website of the Ministry of National Defence of the Republic of Poland. Visitado el 31 de Agosto de 2017
- Szymański, P (2015). “The Baltic states’ Territorial Defence Forces in the face of hybrid threats”. The Centre for Eastern Studies (OSW). Visitado el 31 de Agosto de 2017