El conflicto del Tíbet posee un estatus sin resolver desde 1950 y, en la actualidad, hablar sobre un Tíbet independiente sigue creando asperezas entre sus países vecinos. Los principales involucrados en esta disputa con intereses son Estados Unidos, China y la India. En el presente artículo se expondrá la influencia y los intereses indios sobre la región del Tíbet.
Importancia geoestratégica del Tíbet
Históricamente, la región del Tíbet fue y sigue siendo foco de interés por varios estados vecinos dada su posición estratégica de gran valor, y la importancia de sus recursos naturales. Además de los yacimientos de cobre, hierro, zinc y otros minerales, la meseta del Tíbet es el tercer reservorio mundial de agua dulce, únicamente superado por los dos polos (Notario, 2015). Por lo tanto, hay que destacar el importante valor que tiene esta región con respecto al acceso al agua. En el Tíbet nacen la mayoría de los ríos de agua dulce que afectan directamente a trece países asiáticos, entre ellos India, China, Nepal y Bután.
La región limita principalmente con China e India y fue utilizada por ambos Estados como una región amortiguadora (buffer region o buffer zone) (Hernández, 2009), lo que los ha llevado a varios conflictos por mantener su control. La disputa entre estos Estados por regiones fronterizas no sólo incluye al Tíbet, sino también a la región de Cachemira.
En la India colonial hubo muchos intentos por parte de Gran Bretaña de poder lograr acuerdos comerciales con el Tíbet y, a su vez, pretensiones de anexar parte del territorio. En 1914 se intentó establecer un tratado entre el Tíbet, China y Gran Bretaña en la convención de Simla. Finalmente, China desconoció lo hablado en la convención, dado que la intención era dividir al Tíbet en dos regiones autónomas, lo cual no prosperó. Asimismo, el Tíbet y Gran Bretaña llegaron a un acuerdo en donde se le concedía parte del territorio tibetano a la India, además de privilegios comerciales, mientras que la otra parte de la región sería territorio autónomo de China.
Al margen de los acuerdos de Simla, por los cuales la India Británica obtuvo los ansiados privilegios comerciales sobre territorio tibetano, se concluyó a través del canje de notas, otro pacto por el que se fijaba la célebre “Línea McMahon”, que hacía avanzar el territorio de la India hasta las cumbres del Himalaya, conformando la llamada región de la Agencia Fronteriza del Noroeste (Esteve Moltó, 2008). En la actualidad, este territorio sigue estando bajo soberanía india y sigue siendo centro de asperezas entre Pekín y Nueva Delhi, que es de sumo valor estratégico para el estado indio, debido a las amenazas constantes chinas.
Luego de la independencia de la India de los británicos en la década del 50, India reclamó los derechos sobre ese territorio concedido en el tratado con el Tíbet, pero China desconoció el acuerdo, alegando que ellos no habían participado del mismo y el Tíbet no era una nación autónoma, sino un protectorado chino. Nehru, el primer ministro indio, intentó instaurar la política Hindi Chini Bhai-Bhai (India y China son hermanos), en este contexto, por primera vez un Estado reconoció la soberanía de China sobre el Tíbet (Esteve Moltó, 2008). Este intento de coexistencia pacífica sólo duró un lapso corto de tiempo, ya que los problemas fronterizos seguían vigentes.
En 1959 el Dalai Lama llegó a la India en busca de refugio, estableció el gobierno tibetano en el exilio, y con él unas 80 mil personas siguieron al gobierno tibetano y emigraron del país, mientras las tropas chinas se hacían con el control absoluto de Tíbet. En 1965 el Tíbet pasó a ser una comunidad autónoma de la República China.
Perspectivas del conflicto a futuro
Así, podemos ver que el Tíbet ha sido una pieza importante en el juego y en los contrapesos de las relaciones entre China e India, incluyendo las disputas territoriales, las percepciones erróneas sobre el Tíbet y el rechazo de China a reconocer Sikkim (Estado indio situado entre Nepal y Bután que había sido tradicionalmente considerado independiente por China) como parte de la India mientras esta última no reconozca la plena soberanía de China sobre el Tíbet. India tiene intereses culturales y sentimentales en el Tíbet, ya que argumentan que la cultura tibetana ha sido fuertemente influida por la cultura hindú (Ross en Hernández, 2009). En este contexto, la influencia cultural que ha tenido India sobre el Tíbet es fuertemente reprimida por las autoridades chinas, alegando que no se respeta la nación.
No obstante, todo parece apuntar a que India busca una relación cordial con China, como demuestra el acuerdo firmado en abril de 2006 entre el primer ministro indio Manmohan Singh y el Primer Ministro chino Wen Jiabao, en el que se reconocía al Tíbet como parte de China y a Sikkim como parte de la India (Notario, 2015).
En materia de recursos naturales, la crisis del agua en India es preocupante. El Tíbet es la fuente de casi todos los ríos importantes indios. China, por su parte está llevando a cabo proyectos de transferencia de agua desde el Tíbet hacia su región y ha sufrido enfrentamientos con India, al no compartir los proyectos que claramente influyen en el Estado indio.
En la era de la globalización, no es conveniente para ambos países mantener un conflicto latente, sino situarse en una política de acercamiento, la cual se viene realizando en los últimos años.
Bibliografía
- Esteve, Moltó, J. (2008). La disputa fronteriza entre India y China: origen y evolución de la controversia. Revista Electrónica de Estudios Internacionales, (número 16), pp. 2-23.
- Gnanakan, K. Aghamkar, A. La crisis de agua en India. Análisis Mundial de Lausana, volumen 7 (número 2).
- Hernández, Hernández, R. (2009). La Contienda del Tíbet. México y la cuenca del pacífico, volumen 12 (número 34), pp. 39-64.
- Notario, C. (2015). La cuestión del Tíbet: un asunto de difícil solución. Instituto Español de Estudios Estratégicos.
- Tharoor, K. (2007). India: Entre “ser y convertirse” . Fundación para las Relaciones Internacionales y el Diálogo Exterior. Recuperado de: http://fride.org/publicacion/176/india:-entre-
Autora
Agostina Toledo: Estudiante de la Licenciatura en Relaciones Internacionales en la Universidad Siglo 21. Interés en crisis migratorias y derechos humanos, especialmente con perspectiva de género.