Por Damián Martínez
Este artículo tratará sobre la posición china en la guerra de Ucrania. Comenzaremos identificando los puntos salientes de la misma y sus efectos sobre algunos aspectos del conflicto. A su vez, haremos hincapié en la reacción de Occidente, y de Ucrania, ante ciertas actitudes de China relacionadas con el enfrentamiento entre rusos y ucranianos. Continuaremos con el interés chino de mediar en el conflicto. Finalmente, haremos una breve descripción de la importancia del país asiático en el devenir de la contienda y su potencial para ayudar a resolver o empeorar la misma.
Desde que comenzó la guerra entre Rusia y Ucrania, la República Popular China ha mantenido una postura distante respecto al conflicto. Esta última ha estado relacionada directamente con el carácter mayoritariamente comercial, y económico, de la política exterior de Pekín: China no ve con buenos ojos los enfrentamientos militares que deterioren, o disminuyan, el comercio mundial de bienes y servicios. Esto es así, ya que el gigante asiático ha crecido enormemente, en términos económicos, gracias al comercio con el resto del Mundo y es, en relación a lo anterior, un abanderado de la globalización económica.
No obstante, existe una razón política de peso para que los chinos decidieran – hasta ahora, al menos – abstenerse de participar activamente en tal contienda: su asociación estratégica con la Federación Rusa. Y es que, China ha sido uno de los países que no ha condenado la invasión rusa al territorio ucraniano y, además, se mantiene neutral – relativamente, al menos – en torno a la misma.
Veamos, a continuación, los puntos más destacados de la posición china sobre el conflicto.
La posición de China: guiños a Moscú y el desaire a Occidente
Aparte de no condenar la invasión, China ha abogado por el fin de las sanciones occidentales a Rusia y ha acusado a Estados Unidos, fundadamente, de impulsar la guerra mediante el envío de armas y material bélico a Ucrania. Esto último, no hace más que tensar las de por sí complejas relaciones entre el poder global ascendente y la superpotencia americana.
A su vez, el gigante asiático ha sido fundamental para que las sanciones de Occidente no impactaran de lleno en la economía rusa: desde el 2022 en adelante – año en el que comienza la invasión – el comercio entre rusos y chinos ha crecido de manera exponencial. Así, Moscú logró paliar la gran disminución de las exportaciones a Occidente vendiendo gas y petróleo, en crecientes cantidades, a China y, en menor medida, a la India.
Según Maria Shagina, experta en sanciones económicas del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, existe la posibilidad de que China esté suministrando alta tecnología, en secreto, a Rusia la cual podría ser utilizada, posteriormente, con fines militares. A ese respecto, los países de la OTAN ya han advertido a Pekín que suministrar armamento y material bélico a Moscú supondría un “grave error” y afectaría, negativamente, a las relaciones chinas con el resto del Mundo. En esa línea, el presidente ucraniano Volodimir Zelensky dijo que, si China ingresa efectivamente al conflicto; éste desencadenaría la Tercera Guerra Mundial.
Finalmente, el escepticismo en Occidente acerca de las intenciones de China respecto a la guerra, así como las acusaciones de que la misma apoya, indirectamente, a Rusia y tiene intenciones de suministrarle armas; es contestado de forma vehemente por la diplomacia china, negando las acusaciones y expresando su “total compromiso con la paz”.
Siguiendo lo anterior, merece un párrafo aparte el interés chino de ofrecerse como mediador en el conflicto ruso-ucraniano.
La posible mediación china
A lo largo de la guerra, algunos países intentaron mediar, sin mucho éxito, entre rusos y ucranianos. La tentativa más concreta, y reciente, surge de parte de los mandatarios chinos.
Esta última ha resultado en una propuesta de paz de doce puntos, entre los cuales destacan el respeto a la integridad territorial de todos los países, un cese al fuego de ambas partes involucradas, la reanudación de las conversaciones de paz y la prohibición al uso de armas nucleares en el conflicto.
La mencionada propuesta fue recibida con desconfianza por los países occidentales los cuales subrayan que no puede existir ninguna paz duradera en tanto Rusia no retire sus tropas del territorio ucraniano – cosa que el plan de paz chino no contempla en absoluto -. Por su parte, Kiev consideró la propuesta china como una “buena señal”. A ese respecto es para destacar que, recientemente, Xi Jinping y Zelensky hayan hablado, por primera vez, desde que inició la guerra en febrero del año pasado.
Así las cosas, una mediación china está, por ahora, lejos de ser una vía factible para solucionar la disputa. Más que nada, debido a la alianza estratégica entre chinos y rusos – lo cual pone de manifiesto la parcialidad de la postura china – como, así también, por el tibio recibimiento de la iniciativa por parte de Occidente – quien ocupa un rol fundamental en el desarrollo, y posible desenlace, de la contienda.
A pesar de lo anterior, considero positivo que China adopte una actitud conciliatoria respecto a una cuestión tan relevante para el orden internacional actual.
La importancia de China en el devenir del conflicto
Sea como fuere, Pekín es, hoy por hoy, un actor clave en el plano internacional. Su dinamismo económico, su creciente presencia en los organismos internacionales y sus proyectos estratégicos a escala global y regional – como la iniciativa de la Nueva Ruta de la Seda y la creación del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura – le dan a China un rol protagónico en el orden mundial. La guerra en Ucrania no es la excepción.
Queda claro que China puede jugar un papel determinante en la finalización o, al menos, la desaceleración del conflicto bélico. De acuerdo a cómo juegue sus cartas, el país asiático puede ser parte de la solución al mismo o puede agravar la situación – de por sí compleja -. ¿Qué opción elegirá la diplomacia china?