Ciberataques: otro frente en la guerra entre Rusia y Ucrania

Globalización, TIC’s, (In)dependencia: los nuevos desafíos a la gran potencia rusa como consecuencia de su despliegue armamentístico en Ucrania. Anonymous se posiciona como un enemigo en el ciberespacio.

 

Introducción

El pasado 20 de febrero se desató un conflicto bélico entre la Federación Rusa y Ucrania luego de un período previo de fuertes tensiones y desencuentros a nivel regional. Las razones de dicho enfrentamiento se remontan incluso más atrás de la declaración de independencia de Ucrania tras el derrumbe de la Unión Soviética en 1991, por lo que se estima una fuerte repercusión en cuanto a intereses geopolíticos: Rusia se rehúsa a aceptar el acercamiento de la Unión Europea y la OTAN a la exrepública soviética, ya que Moscú la considera como parte de su esfera de influencia y de su identidad (El Cronista, 2022).

 

AnonymousComo bien lo indica su traducción al español, es un grupo de hackers anónimos que luchan en contra de aquello que consideran ‘injusto’, por lo que su modus operandi es básicamente efectuar ciberataques a modo de protesta o amenaza, provocando caídas de servidores, ataques informáticos, revelación de información confidencial, etc. por medio de redes de gobiernos o de empresas privadas que puedan afectar a la sociedad (IProfesional, 2021). Estos ciberactivistas han hecho su presencia remota y de gran repercusión mundial en otros casos como: la muerte de la princesa Diana, la ‘Lista Negra’ de Jeffrey Epstein, Casos del Vaticano, etc. (Fayer Wayer, 2020), por lo que el conflicto Ruso- Ucraniano, no es algo que esté fuera de la mira.Es así que el día 24 de febrero, Anonymous declaró oficialmente la guerra cibernética al Kremlin a través de un comunicado en su página oficial de Twitter: ‘el colectivo Anonymous oficialmente en guerra cibernética contra el gobierno ruso’ (Twitter, 2022).

Extraído de la cuenta de Twitter de @YourAnonOne.

 

Ahora bien, considerando que el colectivo es el grupo de piratas informáticos más conocido en el mundo, cuenta con sus propios medios para llegar a posicionar sus mensajes en todo el globo y llevar a cabo sus actividades. Dentro de los primeros ataques que han ejecutado se encuentra la caída del servidor del sitio oficial del gobierno ruso, la página del ministerio de defensa -también el acceso a la base de datos del sitio web-, y la infiltración en el principal canal de televisión -utilizado por el gobierno ruso para propaganda- transmitiendo imágenes en vivo de los ataques rusos en Ucrania (Una al Día, 2022). A su vez, el día 27 de febrero, postearon un video en su página oficial de Twitter donde llamaron ‘hostigador’ a Putin realizaron la siguiente advertencia:

‘El colectivo no se quedará de brazos cruzados mientras las fuerzas rusas sigan asesinando a personas inocentes que tratan de defender su patria (…) conocerá la furia de los hackers de todo el mundo, incluidos los que residen en su propio país. Sus secretos ya no están a salvo y cabe la posibilidad de que manipulemos algunos elementos clave en la infraestructura de su gobierno.’

Extraído de la cuenta de Twitter de @anonymoustv.

 

 

Como se preveía, el trabajo de los hackers no cesó en los días posteriores. GNG, un grupo aliado de Anonymous, lideró los ataques llamados DdoS (Distributed Denial of Service), que provocan sobrecargas en los servidores, los cuales se enfocaron en la base de datos del banco ruso SberBank, en la página web de la red ferroviaria bielorrusa -cuyos trenes solo pudieron maniobrar manualmente-, los ministerios rusos de Justicia y Energía y la página web del medio RT News (…). En los últimos días también han sido víctimas de sus ciberataques las páginas webs del Consejo de Seguridad de Rusia y la empresa bielorrusa Tetraedr, que fabrica armas y ha prestado apoyo a la ofensiva rusa” (Vanity Fair, 2022: 1).

 

La guerra en el nuevo siglo

            Indefectiblemente, un conflicto de este alcance en pleno siglo XXI convoca a una gran cantidad de actores públicos y privados, internos e internacionales, los cuales encuentran en la globalización y las nuevas tecnologías nuevas formas de hacer la guerra. Es así que la guerra deja se ser sólo un enfrentamiento entre ejércitos armados y profesionales, para así asumir características irregulares que incluyen aspectos que van más allá de lo militar y se materializan tanto a nivel estatal como poblacional (Bonavena y Nievas, 2006).

Dentro de estas nuevas formas de guerra se encuentran los ciberataques, que podrían caracterizarse como ‘amenazas híbridas’, término utilizado por Frank Hoffman y reconocido por las teorías de las relaciones internacionales. Estas amenazas híbridas son, básicamente, ataques convencionales (carácter militar) y no convencionales (ciberataque, terrorismo, campañas de desinformación) que se llevan a cabo para desestabilizar los pilares de un Estado; a su vez, estos ataques híbridos pueden ejecutarse por gobiernos, organizaciones terroristas, actores no estatales, movimientos populares, etc. (EoM, 2021).

Retomando el caso de Rusia y Ucrania, la intervención de Anonymous, un actor no estatal, adquiere un carácter disruptivo, gracias al desarrollo tecnológico y al apoyo social, sin necesidad de hacer uso de la violencia, y afectando directamente a su principal objetivo: el gobierno ruso.

 

Conclusiones

Desde que comenzaron los ataques rusos, la ofensiva ha contado con el apoyo de países como Bielorrusia, Corea del Norte y Eritrea (sin contar los países que se abstuvieron en las votaciones de la ONU a la hora de condenar la invasión). No obstante, con el correr de los días el gobierno ruso cuenta con cada vez menos apoyo: las sanciones económicas, sociales y políticas han sido de gran impacto para el Kremlin, aunque no el suficiente para detener el fuego.

No obstante, el sector público no es el único que ha intervenido para repudiar los actos del gobierno de Rusia, como es el caso del colectivo de ciberactivistas Anonymous. La opinión de los diferentes expertos pendula en cuanto a la eficacia o ineficacia de los ciberataques, tal como lo plantea Sven Herpig de la fundación Nueva Responsabilidad: “Estamos hablando de un conflicto candente, donde hay explosiones y la gente muere. Si alguien filtra datos del ministerio de Defensa ruso, no estoy seguro de que eso sea realmente decisivo para la guerra” (DW, 2022:1). Sin embargo, es un hecho que la guerra cibernética y la difusión falsa de información por parte de Rusia -que comenzó mucho antes del estallido de fuego- se convierte en parte de las amenazas híbridas para generar presión y atemorizar al oponente.

 

Bibliografía

 

 

Autora

Ludmila Selene Cabagnero: Estudiante avanzada de la licenciatura en Relaciones Internacionales de la Universidad Católica de Córdoba. Miembro de MUNASUR Córdoba. Interesada en seguridad y defensa, política exterior, cultura, medio ambiente, derechos humanos y geopolítica latinoamericana.

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