Kosovo, Serbia y el equilibrio de Europa

Los Balcanes han sido siempre una zona de tensión donde se originaron desequilibrios en la estabilidad de Europa. Desde la disolución de Yugoslavia, la región vivió una década de cruentas guerras y un reciente tiempo de quietud fruto de la intervención internacional. A pesar de que la finalización de los terribles acontecimientos perpetrados por las diversas facciones se logró a cuesta de trágicos bombardeos sobre Belgrado, la balcanización y el permanente avance de la Unión Europea y OTAN alrededor de la acorralada Serbia no han cesado.

La desintegración territorial de lo que otrora fue un bloque con vocación de homogeneidad aún continúa, y sucesos como el inminente ingreso de Montenegro a OTAN y el afán kosovar por consolidar unas Fuerzas Armadas oficiales vuelven a revivir viejas desconfianzas en una Europa que muestra grietas en su proyecto de unidad.

Kosovo fue una región autónoma dentro del territorio serbio ubicada al sur del mismo. Poblado mayoritariamente por albaneses étnicos y minoritariamente por serbios, declaro unilateralmente su independencia el 17 de Febrero de 2008 apoyada por la KFOR (Kosovo Force) de OTAN en ejecución de la resolución 1244 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que puso fin a la guerra de 1999 contra las Fuerzas Federales de Belgrado. El reconocimiento de su independencia es aun materia de controversia, siendo Serbia misma la principal objetora, ya que considera al territorio como propio. Rusia, su aliada estratégica en materia militar y geopolítica (la proyección marítima hacia el mar Adriático que poseía Serbia a través de Montenegro hacía de este territorio algo valioso para Moscú) también se mantiene firme en negar tal reconocimiento.

No debemos olvidar que en el año 1389 Serbia enfrento al ejército otomano en la batalla de Kosovo, donde prácticamente salvaron con el sacrificio total de sus fuerzas a la Europa cristiana medieval de ser aplastada por los sultanes. Los nacionalistas serbios consideran a Kosovo como el sitio donde gesto el acontecimiento más importante de su historia, donde realizaron su contribución más importante a la defensa del cristianismo ortodoxo y a la identidad pan-eslava . La declaración de independencia kosovar es vista por Belgrado como una amputación de su territorio histórico, orquestado por los albaneses residentes en el lugar (a quienes consideran descendientes históricos del imperio otomano) y a la injerencia de Europa occidental y EEUU para expandir su área de influencia en el oriente europeo. No es casualidad que las guerras yugoslavas hayan tenido un estallido tan cruento en los años ’90, cuando Rusia se batía en retirada y OTAN avanzaba hacia el este.

En el corriente año 2017, el presidente kosovar Hashim Thaci ha propuesto que las fuerzas regulares de seguridad de Kosovo se transformen oficialmente en las Fuerzas Armadas del país. Esto ha despertado la tensión con Serbia, la cual, por obvias razones, se ha opuesto a tal medida. El secretario general de OTAN, Jens Stoltenberg, ha visto también con preocupación el proyecto de ley presentado por las autoridades de Pristina, considerando que podría reactivar las relaciones de desconfianza con Belgrado.

La presencia de KFOR en Kosovo no solamente busca mantener el orden, sino también trabajar en el fortalecimiento institucional de las fuerzas de seguridad kosovares mediante diversos programas de entrenamiento y equipamiento. El posible ingreso de Montenegro a la Alianza como miembro número 29 que dejaría sin salida al mar a las pretensiones serbias y rusas, y el afán kosovar por poseer Fuerzas Armadas propias como elemento de estatidad soberana molestan de sobremanera a Serbia. Al contrario de sus vecinos, el aparato militar serbio sufrió importantes desmantelamientos con posterioridad a las guerras de la década del ’90. La disolución de las conocidas Fuerzas Especiales JSO luego del asesinato del primer ministro Zoran Dindic es un ejemplo de ello. A pesar de la cooperación que mantiene con Rusia en materia armamentística, Serbia no deja de vislumbrar la permanente actividad de OTAN en sus alrededores, lo cual es aprovechado por las autoridades kosovares para afianzar su búsqueda de soberanía creando oficialmente su propio aparato militar.

A diferencia de la década del ’90 en donde veíamos una Rusia en retirada bajo la administración de Yeltsin, en el tiempo corriente el gigante eslavo vuelve a tener protagonismo en la dinámica política de Europa. El intervencionismo militar ruso en el área de influencia post-soviética ha creado fricciones de importancia con OTAN y la Unión Europea en escenarios como Georgia y Ucrania. A pesar de la lejanía geográfica, Rusia está colaborando actualmente con el fortalecimiento militar de Serbia. La reciente entrega de cazas MIG-29 y tanques T-72 a las autoridades de Belgrado muestran el interés de Putin por equilibrar una región en la cual el crecimiento de la influencia militar occidental parece no tener límite y hace peligrar la integridad del cada vez más sofocado territorio serbio.

En definitiva, los Balcanes siempre fueron el epicentro de los cambios en la estructura del sistema europeo. Allí colisionaron históricamente los intereses de las fuerzas políticas y militares provenientes del oeste y el este. El permanente afán occidental de evitar una conexión entre las naciones de la región y Moscú desemboco en importantes esfuerzos político-militares, como el desembarco aliado en Italia durante el año 1943 en el marco de la Segunda Guerra Mundial, la ruptura Tito-Stalin, o el permanente esfuerzo de OTAN en evitar la extensión de Serbia a toda costa y la búsqueda constante de aislarla.

Nuevamente la zona vuelve a ser escenario de choque entre un proyecto de unidad europeo, un afán de extensión territorial de OTAN y un interés de proyección estratégica ruso, en un contexto donde la misma eficacia de la supranacionalidad entra en conflicto con el retorno de las ideas de estatidad soberana. Habrá que seguir el ritmo de los acontecimientos y estar atentos a los posibles reacomodamientos del sistema internacional europeo que podrían originarse en torno a los Balcanes, donde las convulsiones han sido siempre moneda corriente.

 
Bibliografía:

  • Ver “Discurso de Gazimestan”: Slobodan Milosevic; 1989.
  • Sputnik News: “Firmado acuerdo de entrega de los cazas rusos Mig-29 a Serbia”. Nota publicada el 28/03/2017. Link: https://sptnkne.ws/dVBY
  • ENVER HOXHAJ: “Kosovo Feels Russia’s Heavy Hand, via Serbia”. The New York Times, 13/04/2017. Link: https://nyti.ms/2palJtP
  • Mersheimer, John: “Why the Ukraine Crisis Is the West’s Fault. The Liberal Delusions That Provoked Putin” Foreign Affairs. Septiembre/Octubre, 2014.
16 de abril de 2017

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