Por Iván Ezequiel Luna
Mi inquietud sobre este tema surge de una necesidad, la necesidad de arrojar luz a este tema que genera tanta controversia en la actualidad y consigo opiniones tan diferentes entre sí, algunas demasiado favorables y otras demasiado en contra, las cuales creo con seguridad que son causadas por desconocer o tener una idea vaga acerca de los fundamentos y orígenes de esta nueva derecha (que no solo agrupa liberales, sino también nacionalistas, y conservadores).
Tomé como clase para desarrollar mi artículo, la primera del programa llamada “La esencia de lo político”, brindada por Mariano Gerván, donde el disertante logró explicar fenómenos y conceptos de la política práctica, brindándonos una mirada transaccional de la misma y describiéndonos el rol del político en la sociedad, dónde está su talento y cómo articula soluciones a problemas que previamente ha observado.
Los conceptos del que nos habló Gerván, rápidamente me invitaron a pensar en este fenómeno político principalmente por una razón, quizás estas ideas no estaban siendo materializadas de la mejor manera en lo que refiere al ámbito de la política práctica, en la política de las alianzas, de los acuerdos y del poder de articulación que los referentes del momento no estaban logrando llevar a cabo, y en mi opinión a hoy en día siguen sin poder concretar.
Es aquí, desde mi siempre humilde mirada, fiel a mi personalidad y estilo, es que intentaré explicar a mis lectores de que se trata todo este nuevo suceso que a mi opinión, no tiene precedentes.
Desarrollo: la nueva derecha
Hablaba recién de un suceso sin precedentes, y ello puedo justificarlo no solo por el medio tan contemporáneo por el que se difundieron estas ideas desde un principio, como lo fueron simples videos de YouTube, que recopilaban participaciones de referentes en programas previamente emitidos por televisión, sino que también lo justifica la composición ideológica del espacio que esta vez no se unió -como supo ocurrir en la historia argentina- para mantener un sistema político de privilegios que velaba por la oligarquía, sino para barrer con un statu quo.
Deteniéndome desde el punto de vista ideológico, se puede considerar a esta derecha como “nueva” porque ya no se puede posicionar a estas ideas -al menos en Argentina- como hegemónicas sino contrarias al statu quo.
Conservadores y libertarios confluyen a día de hoy como nunca antes debido a que los primeros toman un carácter ya no reaccionario sino revolucionario -propio del liberalismo clásico de los siglos XVII y XVIII en oposición al absolutismo monárquico-, y a su vez los libertarios van dejando de lado aquellas corrientes más social-liberales en temas como el aborto, la ideología de género, la ESI, el feminismo contemporáneo, etc., para pasar a confluir con opiniones más de derechas, propias del conservadurismo.
Según Stefanoni (2021) son principalmente 2 los personajes que llevan adelante esta confluencia ideológica de la nueva derecha en Argentina: Javier Milei y Agustín Laje, los cuales se dividen los tópicos, de manera que el primero habla de economía y el segundo habla acerca de temas culturales y sociales (p. 58).
El primero se encarga de despotricar contra la “casta política” y la intervención estatal en la economía «aunque él mismo admite que su solución anarco-capitalista es meramente filosófica y no puede llevarse a la práctica en la actualidad¹»; y el segundo pretende oponerse a la “deconstrucción cultural” y al antagonismo de clases, sexos, y razas impulsada por el progresismo con su agenda globalista (Laje, 2022). Esta última definición de “anti-globalista” también puede usarse para describir a la pata nacionalista con la que cuenta este frente derechista, en donde la figura de Victoria Villarruel se asoma como las más importantes del armado político.
Descripta la abundancia de voces que forman parte de la nueva derecha argentina me parece oportuno desmentir las acusaciones de fascistas, nazis o totalitarios que son proclamadas no solo desde la izquierda² sino también desde dirigentes de Juntos por el Cambio³ o de simpatizantes del Justicialismo⁴, no solo porque no coinciden con las propias bases filosóficas del liberalismo sino porque jamás hubo por parte de algún dirigente de este frente alguna declaración a favor de algún régimen de ese estilo. Que el propio Javier Milei tenga un estilo a veces grotesco de dirigir la palabra y de expresar sus ideas o que sus discursos públicos puedan tener un estilo aguerrido y vociferante no quiere decir que tenga coincidencias con el pensamiento político llevado adelante por aquellos líderes que tanto mal nos han hecho en el siglo pasado. El fascismo no es más que el antagonismo de las ideas de democracia, de gobierno representativo, de igualdad y de libertad (Polanyi, 1933-1934). Cabe aclarar que describir a quienes en mi opinión forman parte de la nueva derecha argentina no quiere decir que me esté refiriendo a las alianzas políticas que La Libertad Avanza -que es el frente que nuclea electoralmente en su mayoría a este lado del espectro político- haga con partidos políticos en las provincias que quizá puedan tener ciertas posturas o pasados cuestionables.
Habiendo explicado ciertas cuestiones de índole ideológico-filosóficas me gustaría ahora abocarme a lo relativo a la política partidaria de esta derecha la cual ha tenido críticas muy fuertes dentro del propio liberalismo como por fuera del mismo, de esta manera relacionaré los conceptos prácticos brindados por Gerván en su clase. Es que quizás es este el mayor error de la derecha argentina y sobre todo del liberalismo, no lograr articular políticamente lo práctico con lo filosófico, y es que desde mi mirada, ni siquiera lo veo como algo sencillo.
Partamos de la base que el poder es clave para el político, el cual no puede obviar el hecho de que debe articular intereses de diferentes sectores que creen que la solución pasa por A, o por B, el político construye colectivamente su poder y los únicos grupos partidarios capaces de prosperar son los que trabajan de manera mancomunada con diferentes sectores. Ahora bien, coordinar los intereses de esta nueva derecha liberal podría decirse que es bastante más difícil que articular los intereses de los opositores al régimen oligárquico allá por inicios del siglo XIX en Argentina, en donde el radicalismo logró imponerse en reiteradas ocasiones.
La diferencia entre los radicales de ese entonces y el liberalismo actual, que explica esa dificultad en la articulación de intereses, es que el liberalismo tiene una extensísima doctrina política por detrás, miles de autores que han aportado a estas ideas y opiniones hasta a veces sumamente opuestas entre los propios liberales. Esto nos deja en claro que el camino político no iba a ser sencillo, cualquier movimiento en falso podía generar una ruptura y eso fue lo que sucedió con Milei y Espert cuando nunca más se los volvió a ver juntos y decidieron tomar caminos separados en jurisdicciones distintas, o cuando Milei decide elegir como plataforma política a Fuerza Republicana en Tucumán, generando así la ruptura con el Partido Libertario Tucumán, dicho sea de paso, lo mismo está ocurriendo en todas las provincias, en donde la estrategia política está siendo aliarse con partidos ya consolidados y con candidatos que no necesariamente hayan seguido ni sigan a rajatabla los lineamientos libertarios.
Esto me da el pie a plantear una pregunta final: ¿Fue alguna vez posible sentar las bases políticas y electorales de la derecha manteniendo a todos los liberales, republicanos, conservadores y nacionalistas unidos? Probablemente la respuesta es no.
Conclusión
A día de hoy, la política argentina ha tenido por muchos años un carácter claramente oligárquico, tanto en Argentina como en otras partes del mundo en donde se pueden dilucidar estos surgimientos de las nuevas derechas, por mi parte solamente me detuve a analizar los procesos que se viven dentro de este país. Sin embargo, veo la necesidad de advertir que no podemos englobar a estos fenómenos que ocurren en diferentes países dentro de un mismo fenómeno global, que por más que compartan características en común -los mal llamados “anti-política”, que en realidad no lo son porque hacen política, participan en comicios electorales y no van en contra de un sistema sino de un statu quo- y por más que estas derechas se relacionen entre sí en los medios y en diversos actos de campaña -como el VIVA22 en Madrid-, no tiene sentido englobarlos dentro de un mismo fenómeno por 2 razones: 1) No responden a una misma directriz internacional que les dice qué hacer; 2) No cuentan con la misma composición ideológica en cada país ni mucho menos los mismos orígenes.
Por el momento solo nos queda prestar atención a estos fenómenos mundiales que a mi criterio, son realmente interesantes, sobre todo teniendo en cuenta que la Argentina necesita un cambio de rumbo culpa de tantos años de descuido por parte de una clase política que no ha dejado de decepcionar a la gran mayoría de los argentinos. El tiempo nos dirá si esta nueva derecha tenía razón.
Referencias
² https://www.infobae.com/politica/2021/10/21/romina-del-pla-milei-y-espert-son-unos-fachos-barbaros/
³ https://www.telam.com.ar/notas/202206/595782-elisa-carrio-javier-milei.html
⁴ https://www.perfil.com/noticias/actualidad/beatriz-sarlo-definio-a-milei-como-lo-mas-peligroso-de-la-politica-y-lo-vinculo-con-el-fascismo.phtml
Bibliografía
- ¿La rebeldía se volvió de derecha?, Pablo Stefanoni, Siglo Veintiuno Editores, 2021.
- La batalla cultural, Agustín Laje Arrigoni, HarperCollins México, 2022.
- The Essence of Fascism, Karl Polanyi, Victor Gollancz Limited, 1935.
- La esencia de lo político, Julien Freund, Editora Nacional, 1968.