El Pos Conflicto que no es.

Mientras avanza la implementación del Acuerdo Final de paz entre el Gobierno y las FARC-EP, la reducción de los combates y los ataques armados en varias zonas de Colombia fue la cara visible del conflicto en el último año. El lado no tan mediatizado, pero fuertemente palpable, es la reconfiguración de una geografía cambiante y plagada de incertidumbres: muertes, amenazas, desapariciones y contaminaciones por armas. S

CONTAMINACIÓN

Tras varias décadas de conflicto armado en Colombia, la contaminación por armas ha causado graves consecuencias humanitarias. Minas antipersonalartefactos explosivos improvisados son utilizados indiscriminadamente en muchos municipios del país por razones tácticas y estratégicas.  Son peligros que persistirán por años en Colombia. ¿Pero por qué hablo de contaminación por armas y no de minas? Porque las minas antipersonal son sólo la punta del iceberg.

Con la reducción de los enfrentamientos armados en varias regiones, hay personas desplazadas que retornan a sus sitios de origen, pero sin la certeza de que los caminos estén libres de artefactos explosivos.

No se sabe exactamente cuántos hay ni cuánto tiempo tomará limpiar todo el territorio para que las comunidades afectadas vuelvan a caminar sin miedo.  El principal reto es ese, ayudar a las víctimas, prevenir que ocurran nuevos accidentes.  

 

AQUÍ FALTA ALGUIEN

Es el nombre de la campaña de la CICR por los desaparecidos.  Dimensionar la magnitud de esta tragedia humanitaria es una tarea pendiente. Todo conflicto armado deja consecuencias que perduran por años, por décadas. El de Colombia no será la excepción. Al 30 de agosto del corriente año, no se conocía el paradero de 84.642 personas. La cifra aumenta cada día, no solo porque más familias se atreven a hablar, sino porque más colombianos siguen desapareciendo. 

A pesar del subregistro por la falta de datos exactos, sin duda el fenómeno de la desaparición tiene características dramáticas en Colombia. El objetivo de esta campaña es sensibilizar a la población sobre necesidades y obstáculos que deben enfrentar los familiares de las personas desaparecidas, y su vez, prevenir la desaparición informando los caminos a seguir si se enfrentan a esta situación, en donde lo fundamental es el tiempo.

A la muerte nadie se acostumbra. La dignidad de la persona no termina con la muerte. La condición de los cuerpos en cementerios es deplorable, debido a su mala conservación o a su falta de registro real, la tarea de reconocimiento se dificulta. No son suficientes los “avances” dados en esta temática. Es necesario impulsar avances concretos, con una firme voluntad política.

 

INOCENCIA ROBADA, NUNCA MÁS RECUPERADA

No hay víctimas más importantes que otras. Sin embargo, mujeres, niños y LGBTI son especialmente vulnerables durante los conflictos armados. Si bien el derecho los protege, son reclutados por grupos armados y encontrándose alejados de sus hogares, se vuelven entonces víctimas de mutilaciones, distintas formas de explotación y abuso sexual.

Se calcula que entre un cuarto y casi la mitad de los combatientes jóvenes reclutados por las bandas armadas organizadas son mujeres, algunas de las cuales tienen tan solo nueve años de edad. Las niñas reciben el mismo entrenamiento que los varones, se les enseña a manipular armas, recopilar información militar y participar en operaciones militares. Sin embargo, también son víctimas de abusos sexuales perpetrados por sus comandantes y, en muchos casos, se las obliga a abortar cuando quedan embarazadas como resultado de ese abuso. Es importante recalcar, que no sólo las niñas y mujeres son abusadas sexualmente.

Pero el problema no se limita al rapto y posterior violación. Aquellos niños que tuvieron la posibilidad de retornar a sus comunidades deben enfrentar la penuria de una sociedad que los estigmatiza y los ve como delincuentes, sometidos a discriminación, falta de acceso a la educación, apoyo familiar insuficiente y los condena a vivir en la extrema pobreza. ¿Cuál es el resultado de ese coctel? Menores refugiados en la violencia y la delincuencia, continuando y solidificando así el conflicto social.

 

CONCLUSION

El principal problema – y factor común de los enfrentamientos armados – es el subregistro. Esta falta de información está asociada a las pocas denuncias que existen como consecuencia de la falta de un ambiente protector y confidencial que brinde las garantías suficientes a las víctimas para compartir sus experiencias y buscar apoyo. Pero como nos tiene acostumbrados América del Sur, este componente está fuertemente influenciado por un elevado índice de impunidad en materia judicial.

Pese a los esfuerzos estatales, su respuesta humanitaria aún presenta carencias. Las víctimas se encuentran solas o aisladas, sin contención suficiente. Los sentimientos de miedo, culpa y vergüenza son una constante; las heridas emocionales tardan tanto o más en sanar que las físicas. El tabú que rodea a las agresiones sexuales a mujeres, hombres y niños cubre los abusos con un halo de invisibilidad.

En cuanto a la contaminación por armas, el 7 de marzo del 2015 en el marco de los diálogos, se firmó el Acuerdo sobre Limpieza y Descontaminación del Territorio de la presencia de Minas Antipersonal (MAP), Artefactos Explosivos Improvisados (AEI) y Municiones Sin Explotar (MUSE) o Restos Explosivos de Guerra (REG) en general. Comenzó con un plan piloto, que en febrero del corriente año junto al delegado de las Farc-Ep, Pastor Alape, se oficializó la entrega de las áreas intervenidas como libres de Minas Antipersonal, Artefactos Explosivos Improvisados y Municiones sin Explosionar, a las autoridades locales y comunidad de Santa Helena, Colombia. Un dato importante: este plan piloto se llevó a cabo, además, con recursos de cooperación de la Unión Europea.

Pero pese a los esfuerzos institucionales, aún resta mucho por profesionalizar. Son numerosas las organizaciones y Estados que aportan a la reconstrucción pos conflicto. El tema es que aún el conflicto no ha cesado. Existen nuevos grupos armados, nuevos actores violentos y organizados que dificultan una tarea de paz eficiente. El tiempo pasa, los intereses ocultos tras la ayuda de otros, también. Lo que hoy pudo ser, mañana no sabemos. Personas continúan desapareciendo, muriendo o deteriorándose su condición de vida. El derecho los protege, ¿qué más resta por hacer?

FUENTES

Gobierno de Colombia. Accion contra Minas. Acuerdo sobre Limpieza y Descontaminación. Consultado desde: http://www.accioncontraminas.gov.co/accion/acuerdo/Paginas/Acuerdo-sobre-limpieza-y-descontaminacion.aspx

https://www.youtube.com/watch?v=kvd2muZzVnc 

Comité Internacional de la Cruz Roja. Where we work –America – Colombia. Consultado desde: https://www.icrc.org/es/where-we-work/americas/colombia  

https://www.icrc.org/es/resource-centre/result?t=minas+colombia 

https://www.icrc.org/spa/resources/documents/film/owym-video-colombia-landmines.htm 

https://www.icrc.org/es/colombia-conflicto-armado-y-retos-humanitarios-de-2016 

https://www.icrc.org/spa/resources/documents/feature/colombia-mines-feature-250908.htm 

El Tiempo. El impacto de la Contaminación por Armas a través del programa de la Cruz Roja Colombiana. Consultado desde: http://blogs.eltiempo.com/accion-humanitaria-en-movimiento/2015/03/25/el-impacto-de-la-contaminacion-por-armas-a-traves-del-programa-de-la-cruz-roja-colombiana/

 

Autora

Estudiante de la licenciatura en Relaciones Internacionales en la Universidad Empresarial Siglo 21. Se desempeña como voluntaria en la Cruz Roja Argentina filial Córdoba, especializándose en el estudio y difusión del Derecho Internacional Humanitario.

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