Por Alfonso Lorenzo de Olmos
Después de obtener su victoria en las elecciones de septiembre de 2022, la nueva mandataria de Italia, Giorgia Meloni se ha convertido en centro de atención para Europa. Segundada solo por el conflicto ruso-ucraniano. Esto se debe principalmente a que sus políticas de inmigración y control de fronteras chocan contra los intereses de la Unión Europea.
Meloni en el Gobierno
La primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, recién ha ocupado el cargo hace más de 100 días. Pero este corto periodo de tiempo la ha llevado ser el objeto de atención, lo que le ha llevado a esta política de 45 años a tener su serie de simpatizantes y detractores. Esto es debido por sus acercamientos políticos en cuanto a la inmigración, su lucha contra el crimen organizado y la prohibición del uso del llamado “lenguaje inclusivo”. Lo mismo va en sus programas económicos para que Italia pueda salir después de los eventos de la pandemia del COVID-19, que se llevaron mediante ajustes de impuestos y liberalización del comercio laboral.
Los Frentes de Meloni
En el frente de la inmigración, Meloni no es la única personalidad política en Italia y por extensión en toda Europa en establecer una posición bastante dura. Es así que llegó a imponer decretos y leyes que tienen como objetivo frenar la masiva inmigración en el país. Seguido de ello, están en evitar que lleguen de partes de ONGs y otros grupos los permisos que se conceden a los inmigrantes que llegan sin documentación debida al país de destino. Este acercamiento llevó a las criticas de grupos como Medicos Sin Fronteras, hasta políticos de la talla de Emmanuel Macron y Ursula Von Der Leyen. Mas allá de las criticas, Girogia mantuvo su postura, ya que esta política era parte de su programa electoral, al cual ella desea cumplir lo mejor posible. Es tal que consideraría imponer sanciones a los que no cumplan con las leyes.
Otro frente está en su lucha contra el lenguaje inclusivo, que se dio mediante un proyecto de ley para regular con reglas claras la comunicación oficial del gobierno. Sobre todo se prohibiría el uso de signos que representen el lenguaje neutro como “x y astericos entre otros símbolos, en comunicados oficiales. Lo mismo iría en el uso de otros idiomas que no sean del italiano propio. Por supuesto, que semejante ley llevó a tener a todo el mundo progresista a repudiarla bajo el principal argumento que defiende al patriarcado.
Por último, se encuentra el plano de la economía, que consisten de una reforma fiscal, un plan de presupuesto para el año 2023 y la liberalización del trabajo.
El primero tiene como objetivo principal objetivo para llegar a un déficit financiero total no superior al 3,7% del PBI para el año 2024, una cifra consistente con el equilibrio primario una vez descontados los intereses de deuda. El sendero fiscal trazado por Meloni garantiza la sostenibilidad del ratio de la deuda pública. Seguido de ello, esta la eliminación de los “superbonos” que el Estado otorgaba para subsidiar el crédito inmobiliario por parte de los bancos, así como la financiación para numerosos programas de obras públicas y privadas.
En cuanto al plan de presupuesto bajo el título de Presupuesto 2023, incluye una reducción de la carga fiscal para trabajadores autónomos y trabajadores por cuenta propia. Sobre estas dos categorías, Italia dejará de aplicar el gravámen sobre el impuesto a la renta tradicional y en su lugar aplica dos impuestos fijos: 15% para autónomos y 5% sobre los bonos de productividad cuando se trate de cuentapropistas.
Por último, la liberalización laboral que persigue dos objetivos fundamentales: garantizar la disciplina fiscal y evitar alentar el paso de población desde la actividad hacia el sector pasivo.
Estos frentes que toma la actual mandataria de Italia, Giorgia Meloni, la han convertido en una figura popular para bien de sus simpatizantes. Al igual que para mal, por el lado de sus opositores. De todas formas, esto recién comienza para ella y tiene años que serán desafiantes y tiene otros frentes de las cuales se verá obligada a tomar postura.